El Nazareno

A nombre del Comité proPresos Políticos y Desaparecidos, me permito comunicar a ustedes el resultado de nuestras investigaciones

A nombre del Comité proPresos Políticos y Desaparecidos, me permito comunicar a ustedes el resultado de nuestras investigaciones sobre el paradero de su hijo Jesús, desaparecido desde principios de semana.

Por rumores filtrados desde la Fiscalía entre elementos de la policía antiguerrilla conocemos los hechos siguientes: su hijo, señora, fue secuestrado a principios de semana por guardias de seguridad vestidos de civil, que lo aprehendieron por los rumbos de zócalo y lo subieron por la fuerza a una camioneta sin placas, llevándoselo con rumbo desconocido.

Sabemos de buena fuente que ayer fue presentado ante el Fiscal, quien se negó rotundamente a involucrarse en el caso, lavándose las manos de toda responsabilidad y devolviendo al detenido a las fuerzas del orden. Todos los indicios señalan que al compañero le aplicaron tormento durante toda la noche (picana, pocito, golpes de látigo y de karate) con objeto de que denunciara a sus cómplices ambulantes, campesinos y políticos opositores y la casa de seguridad en que se esconden. Todo ello sin resultado.

Por si algo la pudiese consolar en trance tan doloroso, señora María, le comunicamos lo siguiente: que Jesús, alias El Nazareno, se ha comportado frente a los ministeriales como lo que es: un purísimo revolucionario. Quienes tuvimos la suerte de conocerlo no olvidaremos jamás porque fue un varón de varones, hombre de estatura cabal. Que tuvo un gran amor por su vida, y que como fue su vida lo de más valor que tenía, lo único suyo, fue su vida la que aventó por delante a la hora en que se trató de probar su solidaridad con un paisanaje al que amó sobre sí mismo. Que eso le sirva de consuelo en esta hora de amargura, señora María.

Sabemos, señora, que la vida del guerrillero fue sencilla al ras; que gustaba de caminar con los pies desnudos por la orilla del mar, subir a la alta montaña, y alimentarse de frutilla, y tenderse a la vera de los trigales; que se gustaba de la meditación. Unos sospechan que sobre teorías marxistas; otros, que en torno a cristianas filosofías de la liberación; que a la hora de la acción era dado a reunirse con el pobrerío ése de los colonos marginados, ése de los campesinos despojados, con los obreros sin derechos laborales, y aconsejarlos de igual a igual, a punta de palabras sencillas, de esa que son agua y savia, viento y raíz. Parábolas. Como para que las entendiéramos todos. No demagogia tramposa embustera de presidentes y gobernadores o exgobernadores, como también de políticos artistas de la mentira, quienes nos roban soberanía, violentan a la Constitución para hacerla su botín ilegal. No. Imagínese, señora: que el reino de la verdad es más semejante a un grano de trigo que el pico de un ave.

El compañero Jesús, alias El Nazareno, fue humano como el que más. Tan humano, pero tanto, que, a medias de la semana anterior, dicen, de repente se reblandeció, le sudaron las manos, la frente se le perló de sudor, y el hombre clamó en una gran voz: - ¡Padre, si puedes, sálvame de mi destino!

Parece que le agradaban las cosillas insignificantes. Que le gustaba la compañía de los pobres de espíritu, de los lisiados, de los desposeídos. Que en vida tuvo la mansedumbre de la clase trabajadora, y su temible fuerza cuando de pronto se alzan diciendo que ya está bien, y van y descuelgan la pica y la cobija búlica, y vamos a morirnos peleando por algo que valga la pena.

Su hijo, señora María, tenía que acabar como termina todo el que tiene la imprudencia de encararse a la burguesía cimarrona, sabañón infecto de la plutocracia, hija putativa del imperialismo norteamericano de Trump (romano, perdón). Jesús El Nazareno tuvo el nulo tacto de mentársela a los líderes del sindicalismo de corazón bandolero, de chicotear a canacos, concamines y del Congreso poblano, de maldecir a la higuera estéril y mandar a tiznar a su poca a los que nos tienen como nos tienen.

Por eso acabó hecho tirlangas de guerrillero, retazos de varón, piltrafa de héroe civil. Así pagó su osadía magnífica. A estas horas le están sangrando su vida despaciosamente para gozar mejor con el espectáculo, porque son verdaderos psicópatas, cual soldadesca de sátrapa latinoamericano. ¿Le servirá de consuelo?: el médico de la corporación asegura que no pasa de las 15 horas (escribas y fariseos, más dos que tres propagandistas del sistema a modo, que lo acusaron y acosaron hasta lograr la sentencia de muerte; ellos, mientras tanto, ¡a pasar la Semana Santa en Aca! ¡En el puerto Bagmanón! ¡Con todas las fuerzas vivas de Judea!

Ya falta poco, señora. Dicen que apenas alcanza respiro, entre lloraderillos de agua manándole por las heridas. A pie hemos apostado a una de la guerrilla a la que llamamos Verónica. No pudiendo más, le repite, quedo: "tu vida, compañero, valió mucho, pero tu muerte va a valer más. Cegará la injusticia y la explotación del hombre por el hombre, lobo del hombre. Ya no habrá pobres de espíritu, y todos viviremos en paz, y no haremos a otros lo que nos queremos para nos. Tú trajiste la espada y la paz, la armonía y la congruencia".

Nosotros, por sí o por no, estamos acá, atejonados, que ni por cigarros nos animamos a salir. Perdónenos, señora: Él es Él, y nosotros, pues…

 

*Analista político y de prospectiva social

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