Paso de la esclavitud a la libertad

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Invitada


Abril 20, 2019

«Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos:

Es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.»

Franz Grillparzer

Esta semana se celebra la Pascua que es una época de transformación. El término proviene del hebreo pésaj, que significa paso o salto y, dependiendo de la cultura religiosa desde la cual se considere, es el salto del invierno a la primavera, el paso de la esclavitud a la libertad o el paso de la muerte a la vida. Y, si la religión no es lo tuyo, el paso del estrés del trabajo cotidiano al descanso merecido.

Hay muy distintas formas de esclavitud y, como señala Grillparzer, somos esclavos de aquello que mentalmente nos ata; somos esclavos de nuestros deseos, a los que les dedicamos tiempo y energía, y a los que aspiramos y perseguimos, siempre estamos en una búsqueda continua de la felicidad que parece no llegar nunca, porque cuando se logra tener algo que se ha anhelado, se deja de sentir bien con ello y se desea algo más. Esto va más allá de satisfacer las necesidades porque, muchas veces lo que se ambiciona no se necesita, no aporta nada.

El individuo vive en esta vorágine de deseos que ha crecido en la época actual; gracias a la globalización y a la producción en masa tenemos acceso a productos que antes eran impensables, y tenemos más cosas para anhelar. La industria de la publicidad nos acerca estos deseos, haciéndolos más apetecibles para crear consumidores, otorgándoles el poder de hacernos más exitosos o más atractivos. Noam Chomsky decía que "ellos entendieron que era más sencillo crear consumidores que someter a esclavos". La fuerza dejó de ser necesaria al mantenernos ocupados tratando de satisfacer estas necesidades construidas.

Nos hemos convertido en una sociedad acostumbrada a comprar y tirar, las cosas han perdido permanencia, vienen a darme un sentido de bienestar momentáneo, efímero. Deseamos, trabajamos arduamente para obtenerlo, lo adquirimos, deja de satisfacernos, lo tiramos y volvemos a ambicionar. Somos esclavos de las apariencias, de la imagen personal, de las representaciones sociales y ansiamos cosas que llenen este vacío sin fondo, que nos llenen de satisfacción.

De esta manera, la cultura del consumo se forja a nuestro alrededor como una prisión que nos mantiene esclavos de muchos deseos, sin que haya una reflexión profunda de las necesidades que tenemos. Tenemos esta sensación, esta ilusión, de que somos libres porque podemos trabajar para conseguir aquello que queremos, pero no es así. Somos esclavos cuanto más deseamos, y somos libres cuanto más reflexionamos y elegimos aquellas cosas que son necesidades reales.

Vivimos para consumir, inclusive en esta temporada de Pascua, que debería ser un momento de recogimiento, de reflexión, de transformación para los creyentes, o un espacio para hacer un alto en las actividades y descansar de las actividades cotidianas, para los demás. Este momento se ha convertido en un espacio de consumo desmedido, que a veces rebaza nuestras fuerzas. Vivimos en la prisión del consumismo, vivimos en una sociedad esclava del consumismo.

No podemos ser libres si en nuestra mente no tenemos opciones, si estamos restringidos a tener algo para sentir que somos algo, si precisamos adquirir cosas para sentirnos admirados por los demás, si debemos poseer para sentir que formamos parte, si requerimos comprar objetos que nos den seguridad, que llenen el vacío de nuestra existencia. Ni podemos ser libres si nos sentimos inferiores porque no hemos podido comprar lo que deseamos.

La invitación es a reflexionar, a cuestionar nuestros hábitos de consumo, a analizar cuáles son nuestras necesidades reales, a liberarnos de las ataduras que se han impuesto en nuestra sociedad. La invitación es a romper las cadenas invisibles que nos amarran. En este día de paso, de salto, de transformación, la invitación es a transitar de la esclavitud del consumismo a la libertad de la reflexión. Finalmente, la libertad de elegir es un derecho.

Adriana Amozurrutia Elizalde

Profesora de Cátedra del Tecnológico de Monterrey en Puebla

[email protected]

https://www.facebook.com/educactiv/ AcEd Acción en Educación

Las opinión expresada en este espacio es responsabilidad del autor y no refleja el punto de vista del Tecnológico de Monterrey en Puebla.

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