Hace poco se celebró el Día Internacional del Libro. Muchos medios periodísticos sacaron su nota con respecto de la efeméride: "¿Cuánto y cómo leen los mexicanos?" Sobra decir que estas especulaciones fueron necesarias ante la carencia desde hace cuatro años de un estudio ("profundo" sería un pleonasmo) sobre los hábitos de lectura de nuestra sociedad, por parte de la Federación. Cada medio: periódico, noticiero de la radio o de la televisión, se aventuró a hablar de nuestra cultura del libro desde su balcón. Los textos que pude leer, porque aparecieron primero en mis redes sociales, fueron repetitivos o pesimistas. ¡Dios! Pocas críticas, pocos datos nuevos.

Lo cierto es que los tiempos son otros (ah, qué reiteración). Y en este vórtice actual en el que se debate nuestro quehacer intelectual, el Día Internacional del Libro en México transcurrió entre superficialidades como la de recordar el día, nada más porque sí, o lamentar por qué leemos tan poco los mexicanos. Lo más oficial a lo que podemos aspirar, es decir, nuestra expectativa sobre avanzar en los índices de lectura per cápita, está en la propuesta del Fondo de Cultura Económica en tiempos de la 4T; o más bien, en la promesa del director Paco Ignacio Taibo, quien dice que a partir de la puesta en marcha de su plan de lectura ese fatal número que desde 2015 ha disminuido, remontará como el ave fénix.

Pero, ¿cuál es esa estrategia, además de bajar el precio de algunos títulos ad hoc con el sistema político actual? En qué consiste, qué hay de las salas de lectura, qué hay de la estrategia de bibliotecas públicas, qué hay de los libros de texto, de la convocatoria para publicar y coeditar con editoriales independientes; qué hay de la Reforma Educativa con respecto de la urgente necesidad de inculcar la lectura como hábito, qué piensan o harán con respecto de la ley de precio único en los libros, qué actitud toman con el gremio editorial y el frente que se erigió conformado por editores y editoriales de todo el país; qué van a hacer con respecto de Educal y su caos administrativo que viene de otras administraciones; y de paso con la distribución de los libros…?

¿Cuál es, pues, su plan, 4T, con respecto del libro o la cultura del libro en números, en datos, en proyectos específicos? ¡En papel! Queremos, todos los que creemos, todavía, en la cultura del libro como una respuesta a los problemas socioculturales de nuestro país, una propuesta sobre las estrategias, sus justificaciones y objetivos.

Es decir, esperamos que el año que viene celebremos (realizar un acto festivo por algo que lo merece) un 22 de abril, Día del Libro, con un renovado estudio federal sobre el libro, el lector y la lectura en nuestro país a fin de darnos certeras esperanzas sobre hacer de México un país lector.