Historieta post-neoliberal (primera parte)

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Mario DE VALDIVIA


Junio 02, 2019

Érase un país surrealista, en un continente imaginario. Ese extraño país tenía un grande, poderoso, disciplinado y glorioso ejército compuesto por 183,562 elementos (según sus cifras oficiales) cuya misión suprema era defender al territorio de algún extraño enemigo (las malas lenguas dicen que se llamaba Masiosare). Ese país tenía un himno belicoso que juraba disponer de un soldado en cada hijo que Dios le diera (a pesar de ser oficialmente laico).

Como tenía dos grandes litorales marítimos, el país de este cuento tenía una también disciplinada, estratégica, bien uniformada marina-armada, con 64,853 marineros (según sus cifras oficiales), contando con 207 buques y 150 aeronaves.

Por la amplitud de sus cielos-alguna vez azules-el fabuloso país tenía a su bien entrenada fuerza aérea, con 30,595 elementos y nada menos que 530 aeronaves (según sus cifras oficiales), aeronaves que con frecuencia se caían en pleno vuelo o a veces antes de despegar, o eran derribadas con un fusil Barret calibre 50.

También tenía una bien entrenada Policía Federal con 40,853 elementos (según sus cifras oficiales), lista para enfrentar a la delincuencia y con la mínima disposición a rendirse frente al crimen, bien organizado, por cierto, en ese enorme país.

Entonces, según todas sus cifras oficiales-ese país de ensueño sumaba 319,513 elementos, gente armada, para combinar la defensa del suelo patrio, de sus inmensos cielos y de sus costas, mar territorial y la seguridad de sus habitantes (sin contar a las policías estatales, municipales, auxiliares y otras dos centenas de miles de gendarmes).

Por si no fuera suficiente, (según las consejas populares y los rumores de pasillo), ese país está formando un cuerpo de élite bien pertrechado: la "Guardia Nacional", sin que sus autoridades fijen aún el número de reclutas que ingresarán a sus filas, pero se dice que es una corporación "híbrida" (que en sentido lato significa estéril), pero para sus autoridades el vocablo se aplica porque lo integraran soldados, marinos, aviadores y demás aguerridos elementos de sus temerarias fuerzas armadas.

Érase también que en ese país paradisiaco, buena parte de las tierras de cultivo se dedicaban a la siembra y cosecha de mariguana, de amapola y de otras curiosas especies botánicas utilizadas por la ciencia médica para sanar los dolores, pero también para los insuperables estados de éxtasis, si bien ese no es el fin principal, sino la exportación de esos productos para beneficio de su balanza en cuenta corriente y permitir una vida confortable a los productores y comerciantes de tan redituables bienes, al grado que les permite contar también con fuerzas armadas con mejores armamentos que las 319,513 tropas de tierra, mar y aire de su gobierno; aunque las autoridades de ese importante sector productivo (llamado Cartelandia) no proporcionan cifras oficiales de sus elementos ni de sus armamentos, pero han demostrado que sí saben usar éstos y utilizarlos en la defensa de sus redituables cotos de poder e intereses.

Érase que el gobierno (así le dicen) de ese país, para poder combatir a la competencia en corrupción que le hacía Cartelandia, dispuso usar a sus fuerzas armadas e imaginar una guerra que al cabo de algunos años se dice ha producido 252,538 muertes (según cifras oficiales) desde el año 2006 ¡Uf!

Pero ¡Cosas de la vida! El gobierno (así se hace llamar) de ese país, prohibió a sus soldados, marinos y policías, que hagan frente a las tropas de Cartelandia, que no utilicen el monopolio de la fuerza (que por derecho y por ley le corresponde); los elementos de su ejército principalmente, deben hacerse de la vista gorda, rendirse sin dar la pelea, humillarse, entregar sus armas, ser sometidos a vejaciones, pero eso sí, seguir llamándose "glorioso" y orgulloso de su pertenencia al pueblo bueno (así le dicen por ahí).

Al final, la población de ese país surrealista, se pregunta para qué pagar ejército, marina, policía, guardia nacional; para qué gastar en armamento, municiones, colegios militares, navales, del aire y existe el consenso de que ya esto quede en manos de Cartelandia y de otras etnias que día con día aparecen en esa región otrora transparente del aire. (Continuará).

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