Facebook prepara su moneda virtual

  • URL copiada al portapapeles

Barthélémy MICHALON


Junio 09, 2019

La idea ya estaba en el aire desde hace varios meses y movimientos recientes por parte de la firma confirman esta tendencia: Facebook está preparando la introducción de un medio de pago propio.

En un primer tiempo, esta funcionalidad estaría integrada a WhatsApp, pero es lógico suponer que no se quedará ahí, sino que el paso siguiente consistirá en extenderla a todas sus plataformas de comunicación. No olvidemos que, aparte, Mark Zuckerberg está persiguiendo ahora el objetivo de integrar todos sus servicios –Facebook, WhatsApp, Messenger e Instagram– en un producto único.

Se podría minimizar el alcance de esta noticia resaltando que en la actualidad ya existe una multitud de monedas virtuales –o criptomonedas– y que Facebook solamente está siguiendo la corriente. Sin embargo, estamos hablando de una iniciativa promovida por una red social que cuenta con 2.4 mil millones de usuarios. Además, una buena parte de ellos son objetivamente dependientes de la misma y ven el mundo –digital y más allá– principalmente a través de su prisma.

Hasta el momento, los pasos que Facebook ha dado rumbo a este ambicioso objetivo y que han filtrado hacia el exterior han consistido en registrar en Suiza una compañía dedicada a las criptomonedas, reclutar a varios expertos en este campo en sus sedes de Londres y Dublín, o designar a David Marcus –un exdirigente de Paypal– para encabezar este proyecto. Adicionalmente, ha llevado a cabo consultas con figuras del Banco Central británico y del Tesoro estadounidense, así como con actores clave del sector privado, en el campo del comercio digital o de transferencia de fondos.

Aun subsisten muchas interrogantes acerca de este proyecto. Hasta el nombre de esta nueva moneda sigue desconocido: Globalcoin, que está mencionado en varios reportes de prensa, parece ser más una designación provisional. Pero una cosa es segura: la empresa quiere avanzar rápido, con una fecha de introducción contemplada para el primer trimestre de 2020 en una docena de países.

Varios aspectos de esta iniciativa merecen un mayor grado de análisis. Primero, sería fácil caer en el error de asimilar este proyecto con el Bitcoin, la más famosa de las divisas virtuales. En realidad, existen diferencias cruciales entre ambos: el Bitcoin es de naturaleza descentralizada (en el sentido en que no está regulado por ninguna autoridad) y su valor depende de las fluctuaciones de la oferta y de la demanda. Al contrario, la futura moneda dependería claramente de un centro de decisión –Facebook– y su valor estaría adosado a una canasta de monedas con curso legal en el mundo real –se habla del dólar, del euro y del yen. Por ende, más allá de su carácter "virtual", estos dos proyectos comparten más diferencias que similitudes.

Segundo, es notable que esta iniciativa forma parte de la línea estratégica de Facebook: ir abarcando tantas áreas de la vida y de la actividad humana como sea posible. Desde su fundación, la empresa ha ido multiplicando el número de sus tentáculos (la reciente adición de MarketPlace o de Facebook Dating son una buena ilustración de ello), pero este proceso, lejos de irse agotando con el paso del tiempo, parece estar acelerando y tocando áreas cada vez más significativas. Sin duda, en el actual proceso de diseño de este proyecto, Facebook tiene en la mira el ejemplo de la plataforma china WeChat, que ofrece a sus usuarios un amplio abanico de servicios.

Esta referencia nos lleva a un tercer punto, que sería irresponsable desconsiderar: Facebook ya cuenta con una cantidad colosal de información acerca de sus miembros, e incluso, se ha descubierto, acerca de cualquier internauta. El posicionarse como un actor clave en la compraventa en línea de bienes y servicios solamente reforzará su posición céntrica en el acceso a los datos personales, que ahora son objeto de una monetización extrema: con ello, complementará lo que ya conoce muy bien (los centros de interés de sus usuarios y su actividad en línea) con una visión bastante representativa de sus patrones de compra. Lo cual solamente reforzará las preocupaciones que, con justa razón, se expresan acerca del poder que deriva de esta información tan masiva y detallada.

Sin embargo, estas dos últimas metas –expandir sus actividades y colectar más datos– se podrían alcanzar más sencillamente, por medio de la incorporación de un sistema de pago que utilizara monedas reales ya existentes.

Por consiguiente es muy posible que, en el fondo, sus objetivos rebasen el ámbito puramente corporativo y estratégico: ¿no se trataría más bien de llevar a un nuevo nivel la omnipresencia de la marca Facebook en las mentes, la rutina y las actividades de la gente?

 

* Profesor de tiempo completo del Tecnológico de Monterrey en Puebla, en la carrera de Relaciones Internacionales

[email protected]

  • URL copiada al portapapeles