Viernes 14 de Junio de 2019

El libro es ameno. La lectura agradable. Hay un detalle: las entrevistas repiten algunas preguntas pero esto, si el lector no es quisquilloso, no le quita importancia a las respuestas. Los escritores las abordan de distinta perspectiva. Intencional o no, el autor logra darle uniformidad al volumen. Desde José Agustín hasta Alberto Chimal. Y además un solo poeta: César Arístides.

El orden de las entrevistas no es canónico. Es decir: no se trata de ver cuál es el escritor más grande, el de mayor importancia para las letras mexicanas, ni tampoco por género: las charlas se acomodaron por orden de nacimiento.

De una a otra página aparecen Christopher Domínguez Michael, René Avilés Fabila, Vicente Herrasti. ¿Cuál es el lugar común? Su acercamiento a la literatura, los primeros pasos, alguna de sus obras.

La entrevista es un género nada fácil de dominar. Algunos lo ven como herramienta. Otros lo vemos como un categoría aparte, independiente. Exige prepararse. Es claro que en la entrevista se puede improvisar, pero exige un corpus de preguntas. A la entrevista no se llega en blanco. Detrás hay muchas horas de lectura, conocer la obra del que está sentado enfrente. Jorge Luis Herrera la domina. Otorga unidad y armonía al volumen. Sean narradoras, dramaturgos o poetas. El trabajo fue arduo. El libro nos ofrece fecha de aparición de las entrevistas. Algunas aparecidas en publicaciones digitales, otras en físico. ¿Aún quedan suplementos culturales que están dispuestos a publicar entrevistas? Conozco al menos un par de ellos, tanto en Puebla como en el resto del país.

En Voces en espiral, lo que no conocemos es por qué hizo esta selección de autores o cuál es la intención de entrevistar a éstos y no a aquéllos. El deíctico es indiferente, la intención es lo que cuenta. Jorge Luis Herrera no tiene por qué contarlo. De todos modos lo van a criticar. Las lecturas son personales, quizá haya querido compartirse con sus lectores. Completamente válido.

A lo largo del libro se desnuda la poética de cada uno de los autores, por ahí están los escritores del Crack, aunque falta Volpi. Allá, Ana Clavel y Mónica Lavín. Lo mismo Juan Villoro que Enrique Serna.

Disculpen la insistencia: la labor de entrevistar no es sencilla. Y tampoco la de edición. Horas de grabación, apuntes en diversas libretas. El resultado: un libro que merece atención, pues el tiempo es un ingrediente que va curtiendo con otra perspectiva las pláticas que quedaron para lo que está por venir. ¿Los autores continuarán opinando lo mismo en este momento?

Como una especie de texto introductorio, Jorge Luis Herrera hace una autoentrevista en donde responde sobre su experiencia al entrevistar: "Es un vehículo que debe buscar la empatía entre el entrevistado, el entrevistador y el lector de la entrevista, para pensar juntos e intentar vislumbrar otra realidad."

Los escritores entrevistados son: Amparo Dávila, Margo Glantz, Sergio Pitol, Antonio Velazco Piña, Angelina Muñiz-Huberman, Beatriz Espejo, René Avilés Fabila, José Agustín, Orso Arreola, Mónica Lavín, Juan Villoro, Enrique Serna, Ana Clavel, Christopher Domínguez Michael, Cristina Rivera Garza, Pedro Ángel Palou, César Arístides, Vicente Herrasti, Ignacio Padilla, Alberto Chimal, Daniel Téllez.

Voces en Espiral de Jorge Luis Herrera, Universidad Veracruzana, colección Cuadernos. México, 2009.