El populista checo Babis resiste a la presión ciudadana que pide su dimisión

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Invitado


Junio 25, 2019

POR GUSTAVO MONGE

La mayor ola de protestas ciudadanas en la República Checa desde la caída del comunismo hace tres décadas no ha logrado su objetivo, a saber, la dimisión del primer ministro, el magnate populista Andrej Babis, acusado de fraude, "pero sí está cambiando el dinamismo social del país".

Así lo explica a Efe en Praga Jiri Pehe, uno de los politólogos checos más reputados y exconsejero de Vaclav Havel, el primer presidente del país tras la época comunista, un día después de que la capital checa haya sido escenario de la manifestación más multitudinaria desde 1989, con 250 mil participantes.

"Es un movimiento de gente joven, el despertar de la generación de millenials que no quieren ser gobernados un día más por políticos poscomunistas corruptos," comenta Pehe.

El analista estima que las protestas "no van a hacer caer al Gobierno (de Babis, de 64 años), pero sí que están cambiando el dinamismo social en el país".

No obstante, no se descarta por completo que las cosas puedan cambiar, es decir, que la presión de la calle termine por pasar factura, algún día, al primer ministro, un antiguo miembro del Partido Comunista acusado de conflicto de intereses y fraude.

Gobierna en minoría al frente de una coalición formada por su populista Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO) y la fuerza socialdemócrata CSSD, tolerada por el Partido Comunista.

Pero "muchas personas no quieren que un comunista de carrera y colaborador secreto de la policía política sea primer ministro", sintetiza Pehe el sentir de la joven generación.

El jefe de Gobierno, un empresario agroindustrial y uno de los hombres más ricos del país, se ha beneficiado, según el experto, de una generación poscomunista, hoy ya mayor, dispuesta a cerrar los ojos a ciertos problemas a cambio de un relativo bienestar económico.

Así las cosas, el de los jubilados es uno de los grupos más beneficiados por el aumento de las pensiones, el abaratamiento de los transportes públicos y el uso gratuito de instalaciones públicas, como piscinas, decretado para los mayores.

Por otro lado, Babis sabe aprovechar a su favor el control que tiene de varios medios, pues es propietario de dos de las más importantes cabeceras de la prensa checa, los diarios "Mlada Fronta Dnes" y "Lidové Noviny", además de la emisora Radio Impuls y la cadena televisiva Ocko.

Pero ante la tenacidad de las protestas ciudadanas, algunos observadores se preguntan hasta cuándo los socialdemócratas seguirán apoyando al primer ministro.

De momento, este sigue siendo el líder político más popular del país, algo que quedó plasmado en el éxito electoral de su partido en los comicios al Parlamento Europeo de mayo pasado y se espera que el próximo miércoles superará la moción de censura de la oposición en su contra.

La sesión de reprobación tiene pocas posibilidades de prosperar, ya que la coalición cuenta con el apoyo el ultraderechista SDP y el Partido Comunista KSCM.

Auditores de la Comisión Europea aseguran que como empresario se ha beneficiado de forma fraudulenta de fondos europeos, pero Babis rechaza esa alegación como "un ataque a la República Checa".

Las manifestaciones que piden su cese y el de su ministra de Justicia, Marie Benesova, a la que acusan de querer obstaculizar investigaciones contra el Ejecutivo, se suceden desde hace semanas y han ido en aumento en cuanto al número de participantes.

La de ayer en el céntrico parque Letná, organizada por el movimiento cívico "Un millón de momentos para la Democracia", fue su punto culminante hasta ahora y contó con ciudadanos llegados de todas partes del país.

Son sobre todo jóvenes, de la generación nacida en el cambio de milenio, y de momento no se muestran dispuesto a ceder.

"Somos la generación 00, que heredó el país en un estado de desconfianza mutua y plagada de viejas estructuras de pasadas décadas. Si es posible cambiar algo, ¿depende solo de nosotros?", pregunta retóricamente a Efe Jiri-Jakub Zevl, uno de los promotores de "Un millón de momentos para la democracia".

En vez de "apoyar y desarrollar la democracia en la República Checa", como rezaba su propaganda electoral, Babis no tiene "interés en el diálogo", critica por su parte Mikulas Minar, presidente del citado movimiento que ha llamado a Babis sin éxito a un debate televisivo.

 

*Analista internacional

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