La belleza del abandono

Recuerdo claramente la noche que conocimos a Greta: 27 de octubre de 2014

Recuerdo claramente la noche que conocimos a Greta: 27 de octubre de 2014. Íbamos camino a casa sobre la vía Atlixcáyotl, cuando de pronto vi un bulto que se movía en medio del carril. Nos acercamos y vi que se trataba de una perra desorientada que caminaba de un extremo a otro.

Orillamos el coche, me bajé y corrí a su lado. Desde la banqueta le gritaba que se acercara mientras la seguía en su paso apresurado. Después de un tramo largo, se acercó y pude tomarla en mis brazos justo antes de que los autos pasaran a toda velocidad.

Unos policías nos observaban incrédulos. Me acerqué para preguntarles si conocían a la perra y me dijeron que una señora en una camioneta acababa de aventarla; un par de minutos después, según dijeron, llegamos nosotros. "¡Qué suerte tienes, pequeña!", nos gritaron al despedirnos.

Nos subimos al auto y seguía temblando de miedo, la abracé fuerte y percibí el agradable aroma de su pelaje; estaba recién bañada.

Al llegar a casa, la revisamos con mucha calma. No encontramos nada fuera de lo normal, no estaba embarazada y estaba completamente sana. Era una perra joven, muy tranquila y al parecer le gustaba más estar con humanos que con otros de su misma especie. Descubrimos en ella hermosas cualidades, su único defecto era ser muy territorial. Una vez trató de morder a mi papá cuando se me acercó. Bastó una llamada de atención y más contacto con muchos humanos y perros, para que aprendiera a socializar.

Un par de meses después, Greta, hoy Kuvira, encontró a su alma gemela. Desde que vio a Ana por primera vez, se acercó a ella con seguridad y se sentó en sus pies; ésa fue la señal de que había encontrado un hogar.

Ana me contó que también empezó a mostrar algunos indicios de su carácter territorial, pero pudo corregirla con mucho amor y paciencia. Hoy Kuvira es la reina de su casa y convive con niños y adultos.

Han pasado cuatro años y sigo sintiendo tristeza al recordar a Kuvira corriendo en medio de la noche. Pero también pienso que un acto de crueldad significó un hermoso cambio de vida para Kuvira y Ana, que siguen juntas y felices.

 

*Agente perruna y diseñadora gráfica.

 Agente Perruna

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