Jueves 27 de Junio de 2019 |
Irreverente es una palabra que podría calificar a este poemario. Sin embargo, no sería justo. Pretty hate caffeine, es mucho más que irreverencia. Este poemario está cargado de irrupciones lingüísticas, de imágenes que trastocan a su lector, de reinterpretaciones que decodifican al mundo y que nos plantean salidas diversas a una vida monótona. Si usted, querido lector guajolotero, está cerca de su cumpleaños puede echarle un vistazo a este poema –muy cercano al aforismo– y preguntarse cuál ha sido el camino que ha tomado –el de la mediocridad, el del éxito, el de deambular por la vida como zombie, el de obedecer todas las reglas– y cuáles han sido los resultados de haber seguido esos senderos: Cumpleaños sabrá que lo hizo correctamente si al soplar las velas del pastel el resto del mundo se incendia Si usted, amable lector guajolotero, no se siente identificado con los versos anteriores, tomados de la página 19 del citado poemario, ¡felicidades! Seguramente está en el camino del bien: tiene un cumpleaños feliz, con pastel, gelatinas e invitados que lo aman y por lo tanto no necesita a la poesía en su vida, con que sus amistades lo abracen será suficiente. Pero si usted, cordial lector guajolotero, siente que su vida va en picada, si usted cree que ya no lo salva ni la Luz del Mundo, puede recurrir a Pretty hate caffeine como una poética de vida –olvídese de una poética literaria– y entonces ver en Zúñiga Naime a una especie de símil ontológico: soy los nudillos que golpean los cristales del seven eleven a las cuatro de la mañana […] mis padres me enseñaron a no conformarme con ser un perdedor mis padres me enseñaron a ser un buen perdedor […] soy el ciudadano promedio me siento sospechoso en los bancos en los aeropuertos la casa en que crecí ahora es una sucursal de starbucks […] soy el ciudadano promedio y no tengo salida de emergencia Los textos de Ánuar Zúñiga Naime nos hacen un guiño desde la hoja y le recuerdan al lector porqué Dios te ama ("porque no le quita tus pelos al jabón/cada mañana/en la regadera) o la importancia de cepillarse los dientes con un Oral B (los 14 dientes que me faltan/no se rompieron/en una pelea de bar/se desgastaron/ en galones de coca-cola/y café de sanborns). Pretty Hate Caffeine, es un alto en la cotidianidad. Afable lector guajolotero, abra usted el libro, deténgase, lea y continúe con su maravillosa vida –que seguramente no tiene nada que ver con lo escrito por Zúñiga: Church On Tuesday a veces tienes que desayunar cereal con la corbata echada sobre el hombro mientras miras a tus ídolos de adolescencia morir o hacer giras de reencuentro
Pretty Hate Caffeine de Ánuar Zúñiga Naime. Periferia, escribidores forasteros. México, 2019. |