Santo Tomás Chautla y el recuerdo de la tragedia de la década

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Fernando PÉREZ CORONA


Julio 16, 2019

Hace 20 años, el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León definió con una frase lo que había sucedido en la Sierra Norte de Puebla: "La tragedia de la década"

La depresión tropical número 11 se estacionó prácticamente sobre 81 municipios de esa región del estado.

El 5 de octubre de ese año, los deslaves empezaron a cobrar vidas hasta sumar 263.

Los daños materiales ascendieron a 2 mil 300 millones de pesos, según el cálculo oficial.

Las muertes se registraron en Venustiano Carranza, Xicotepec, Huauchinango, Chiconcuautla, Zacatlán, Chignahuapan, Teziutlán, Tetela de Ocampo, Zacapoaxtla y Tlatlauquitepec, según registros periodísticos de la época.

Sin embargo, en Teziutlán, específicamente en colonia La Aurora, concentró atención de todo el país.

En este lugar, fallecieron más de 100 personas, de acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred).

El pasado miércoles, la tragedia no sucedió en la Sierra Norte, ni en la Nororiental, tampoco en la Sierra Negra.

El movimiento de tierra sucedió en el municipio de Puebla, en Santo Tomás Chautla. Como hace 20 años en la parte alta de la entidad, el saldo rojo en esta junta auxiliar fue consecuencia de la construcción irregular de una vivienda en una zona de riesgo.

En esa zona, los moradores de otras 20 casas están en un peligro similar.

Dicen que construyeron ahí porque el gobierno estatal lo permitió, que hasta materiales les dieron.

Empero, el secretario general de Gobierno, Fernando Manzanill Prieto, no lo sabe.

Prometió una investigación a fondo para deslindar responsabilidades.

La alcaldesa Claudia Rivera Vivanco hizo un compromiso similar.

El jueves, iniciaron los funerales de las personas que no debieron morir.

Si las autoridades locales y estatales hubieran advertido la construcción del inmueble y hubieran advertido el peligro, quizá la familia Leyva habría dejado ese lugar y en estos momentos sus integrantes no estarían muertos; el niño que había terminado la primaria y cuyo logro había motivado una pequeña fiesta, estaría pensando en la secundaria.

Más no fue así.

Como hace 20 años, la gente sigue ocupando zonas de riesgo, porque no hay quien los saque, como es tierra de todos, pues toman posesión, sin problemas y algunos nunca enfrentan contingencias, nunca tienen sustos y llegan a viejos sólo contando que en los alrededores alguna vez supieron que hubo una tragedia.

El caso de Santo Tomás Chautla no puede quedar sólo en el lamento, en las condolencias, en el coraje, en el duelo.

Las autoridades deben reforzar sus programas de protección civil, advertir los riesgos y conminar a la gente a dejar esa zonas de peligro.

No es una tarea para este año solamente, debe realizarse en forma permanente, para evitar estas tragedias.

Además, es necesario que las promesas de investigación de Manzanilla y Rivera se lleven a cabo.

El actual gobierno estatal concluye el próximo 31 de este mes, el cronómetro está en la recta final; pero hay tiempo para responderle a la sociedad.

En la comuna poblana hay más tiempo y, sobre todo, ante las críticas contra la presidenta municipal tiene la posibilidad de empezar a dar las respuestas esperadas, es una oportunidad, la posibilidad de recuperar la confianza.

A trabajar, para que no haya más muertos

A trabajar, porque la temporada de lluvias concluye hasta noviembre

Y recuerde:

Nadie es completamente bueno, ni completamente malo

*Periodista

[email protected]

@ferperezcorona

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