Caso Plaza Artz

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Tere MORA GUILLÉN


Julio 30, 2019

En días recientes con estupefacción vimos las imágenes de televisión que daban cuenta del asesinato de dos israelíes en un restaurante de la Plaza Artz, al sur de la Ciudad de México. En lo personal jamás creí la versión que se dio en principio de que se trataba de un crimen pasional, sabía que tras los acontecimientos había un asunto aún más serio por investigar; poco después la información dio un giro y se dijo que se trató de un ajuste de cuentas entre mafias. En esta última línea de investigación se manejan dos hipótesis: una que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ordenó el doble homicidio y, la otra que se trata de una lucha entre mafias de Israel.

Entre que son peras o manzanas, los comensales que se encontraban en el lugar de los hechos se llevaron tremendo sofocón, en la confusión algunos se resguardaron en la cocina del restaurante, otros, se tiraron pecho tierra para tratar de salvaguardar la vida. Sin embargo la mujer contratada para cumplir la encomienda de matar a los israelitas Benjamín Yeshurun Sutchi, y al escolta Alon Azulay; no le tembló la mano a la hora de ejecutarlos y fue directamente a ellos.

La tarde de ese miércoles niños, jóvenes, y adultos, visitaban la plaza por mero esparcimiento, para disfrutar de las vacaciones de verano. Nadie contaba con que en el lugar se llevaría a cabo un acto de tal envergadura. Por fortuna las autoridades policíacas llegaron de inmediato a realizar la diligencias en el restaurante, hacer las indagaciones correspondientes, y poner en resguardo a trabajadores y visitantes de la plaza en el estacionamiento.

A través de las redes sociales se difundieron videos en los cuales se observan los momentos de tensión y pánico que se vivieron tras la balacera que dejó dos muertos y dos heridos. Al paso de las horas por imágenes obtenidas por videocámaras instaladas en Periférico Sur, vimos que la mujer que realizó el crimen fue detenida y sus cómplices se dieron a la fuga.

Lo cierto es que los mexicanos ya de por si apanicados por la inseguridad que prevalece en la Ciudad de México, tendremos que pensar dos veces el salir de nuestros hogares, aún cuando en ellos tampoco estamos del todo seguros.

Si las autoridades no pueden contener la inseguridad local, tiemblo de pensar que terroristas de otras naciones tengan presencia en México, y que el día menos pensado grupos radicales cometan arteros atentados contra la población civil que nada debemos. Ejemplos sobran en estos tiempos en que las distancias entre las naciones se han acortado por los avances de la tecnología, y los grupos radicales tienen presencia en diversos países, y no se tocan el corazón a la hora de cometer los más aberrantes crímenes.

Esperemos que la Fiscalía General de la República atraiga el caso de los acontecimientos en la Plaza Artz, y se llegue a las últimas consecuencias. Entendamos que los mexicanos anhelamos vivir en paz y tranquilos.

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