Sábado 03 de Agosto de 2019

"Vencer en una batalla puede exigir lucharla varias veces."

Margaret Thatcher

El 1 de agosto tomó protesta del cargo de Gobernador Constitucional del Estado de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, ante el H. Congreso de la entidad.

"Por el bien de la nación y por el bien del estado de Puebla, primero los pobres," enfatizó el mandatario estatal cuando asumió la responsabilidad de gobernar en un contexto político y social alterado en los últimos meses, luego del complejo proceso electoral local del 2018 y el fallecimiento de la gobernadora Martha Érika Alonso Hidalgo a finales de ese año.

Toma protesta del cargo en circunstancias particularmente difíciles por la propia coyuntura política que ha polarizado a la sociedad y a la clase política, así como los problemas que afectan a los poblanos por la inseguridad, la pobreza, la falta de ingresos y el empleo, entre otros.

Estar a la altura de las circunstancias implicará no solo implementar un plan de desarrollo regional que plantee soluciones a estas problemáticas, a través de una estrategia de políticas públicas, sino entender que con la ciudadanía es como en un contexto democrático será posible superar la inestabilidad política que se ha vivido en Puebla en la historia reciente.

Desde 2017, a los poblanos los han gobernado cinco ejecutivos estatales, y desde entonces, no ha habido una gestión pública que debería durar seis años, según lo establece la Constitución, para poner en marcha un plan de gobierno que trascienda y atienda de forma efectiva los desafíos de la entidad, siendo los últimos gobernadores:

1. José Antonio Gali Fayad (1 de febrero de 2017 al 13 de diciembre de 2018), periodo que corresponde al cambio constitucional que se realizó para empatar calendarios electorales; este gobierno fue necesario para celebrar elecciones concurrentes el 1 de julio de 2018.

2. Martha Érika Alonso Hidalgo (14 al 24 de diciembre de 2018), falleció en el cargo y por este motivo el Congreso inició el procedimiento para designar a un Gobernador Interino y se convocó a elecciones extraordinarias, que organizó el INE.

3. Jesús Rodríguez Almeida (24 de diciembre de 2018 al 21 de enero de 2019), fungió como encargado de despacho del gobierno de Puebla, en tanto se designaba al Gobernador interino.

4. Guillermo Pacheco Pulido (21 de enero al 31 de julio de 2019) fue designado por el Congreso del Estado de Puebla como Gobernador Interino.

5. Miguel Barbosa Huerta (1 de agosto de 2019) fue electo en una elección extraordinaria como Gobernador Constitucional de Puebla y concluirá el periodo sexenal.

En este acto inaugural del nuevo gobierno, Barbosa comenzó reconociendo la necesidad de restablecer las relaciones políticas en el estado para lograr la unidad social, por lo cual, pronunció un discurso emotivo y con sensibilidad política, destacando la identidad de los poblanos, a los pueblos originarios, y que lo mejor que tiene Puebla es su gente. Prometió así una nueva relación con la sociedad, un gobierno cercano, incluyente, participativo y tolerante, lo que le valió aplausos y reconocimientos; fue un mensaje en el que expresa una apuesta por elevar el ánimo colectivo en esta nueva etapa para la entidad, después del nivel de abstención registrado en los comicios. Por tanto, el llamado a la unidad y a la participación ciudadana buscan su legitimidad.

El gobierno de la Cuarta Transformación en Puebla no es distinto al de Andrés Manuel López Obrador, será austero, honrado, transparente, eficaz, eficiente, combatiente de la corrupción, pero buscará para la sociedad la igualdad y la felicidad como prioridad. A los politólogos nos dijo que no habrá un cambio de Estado, sino de régimen político, es decir, la forma en que el gobierno se relacionará con la sociedad, a partir de pesos y contrapesos para que haya colaboración entre los poderes públicos. Prometió que habrá división de poderes y que nunca más estará el Congreso al servicio del Gobernador del Estado, con lo cual, resulta positivo que se comprometa con esta importante exigencia de un Estado de Derecho; decisión que plantearía además una distancia entre el partido político en el poder, dominante en el ámbito nacional y local, con las decisiones del titular del poder ejecutivo estatal. Significaría un cambio en la forma de ejercer el poder político y en la convivencia política con la oposición.

Miguel Barbosa sabe que recibe un estado en condiciones adversas por las demandas sociales que exigen soluciones prontas, pero sobre todo, por la falta de participación política de los ciudadanos, provocada por la desconfianza en los partidos políticos o la incertidumbre generada por los últimos acontecimientos que no permitieron la estabilidad o continuidad del gobierno.

No se equivoca cuando reconoce que los poblanos esperan mucho de él y de su equipo de trabajo; a partir de ahora, el tiempo y la opinión pública serán dos factores críticos con los que tendrá que gobernar de forma oportuna y efectiva para mejorar el clima social en la entidad. Ha integrado un gabinete con equilibrios y perspectiva de género, lo cual le imprime significado y sentido a su discurso; es congruente con lo que prometió durante la campaña y eso es un primer mensaje de poder y liderazgo que se recibe con optimismo en este momento. Será tarea de los ciudadanos medir el desempeño de este nuevo gobierno y acompañarlo en la toma de decisiones.

Es un momento histórico para Puebla y requiere de altitud política y cívica para afrontar victoria después de una larga batalla; Puebla es, como lo refirió el gobernador, muchas Pueblas y este ese será el reto mayúsculo para Barbosa: generar las condiciones para que la entidad no siga siendo referente de desigualdad entre la Puebla de las zonas urbanas y la Puebla de las zonas rurales, donde la pobreza muestra la fragilidad de la vida y no de la felicidad. Que sea un buen gobierno, por el bien de Puebla, por el bien de todos.