La transformación de las bodas

El salón para la boda ya ha sido elegido

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El salón para la boda ya ha sido elegido, es el más cercano a la iglesia donde hace 30 años se casaron los papás de Fernanda. Los papás de los novios eligen invitaciones, a la par que también organizan la lista de invitados. Ambas madres eligen flores y manteles. Es el padre del novio quien elige la orquesta musical, el tío les regala el mariachi y finalmente el padre de la novia escoge el menú y el vino que se ofrecerá en la cena de la boda.

La mamá de la novia platica con el sacerdote, elige las lecturas y el coro, que es ¨divino¨, lo propone la tía Conchita, quien sabe mucho de esas cuestiones.


Pagada por ambas familias, ¡La boda está lista!

Seguro escucharon mil historias como ésta, pero hoy día nada de esto parece estar sucediendo. Las bodas no se crean ni se destruyen, simplemente se transforman. La historia que acabas de leer sucedió en 1989, cuando todas las bodas eran exactamente igual, si acaso cambiaban de menú, pero las que desarrollaban en los salones no modificaban nada. Incluso todas eran con cena, muy rara vez en comida.

Ahora las cosas son totalmente diferentes, cada vez menos los padres se involucran en las decisiones de los hijos; incluso ahora son ellos mismos quienes pagan sus bodas, eligen todo diferente, han llenado las bodas de mil colores con flores majestuosas. Quedaron atrás las elegantes y sobrias bodas blancas.

Ya no todas son en un salón, han salido a celebrarse en múltiples espacios: jardines, playas, museos, haciendas, exfabricas, casonas antiguas… en fin.

Las sorpresas para los invitados se renuevan constantemente, convirtiéndose en toda una experiencia para el que asiste y disfruta todo lo que los novios han preparado para su gran día.

Las orquestas han sido sustituidas por los DJ’s, quienes ofrecen también iluminación para hacer de la boda un gran espectáculo.

Las decoraciones se han tornado diferentes entre sí. Los estilos de los novios son tan diversos como ellos mismos.

Las bodas están cambiando. Pero hay cosas que jamás cambiarán, y en particular es el amor con el que todo se prepara. Siempre lo he dicho, una boda es la mayor muestra de amor no sólo entre la pareja, sino también entre todos los que son convocados a compartir ese día.

Blancas o de colores, de día o de noche, en salón o en jardín, todas se viven con esa magia especial que jamás pasará de moda.

¡Feliz Boda!

 

*Planeadora de bodas.

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