La cultura de la prevención II

Un buen ejercicio mental que puedes practicar para que entiendas mejor de lo que te hablaba en mi anterior columna

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Un buen ejercicio mental que puedes practicar para que entiendas mejor de lo que te hablaba en mi anterior columna, sería que imaginaras un problema común que se puede dar en la edad universitaria. Por ejemplo: ¿Qué tal la última relación sexual sin protección que decidiste tener? Da lo mismo si eres hombre o mujer (aunque para serles franca, las mujeres llevan más las de perder por culpa de esta cultura machista). Tampoco importa si la persona con la que estuviste era tu pareja formal, un conocido o una one night stand que te llenó momentáneamente de adrenalina.

Estarás de acuerdo conmigo en que una decisión así suele tener consecuencias agobiantes, y si mezclamos un poquito de alcohol o drogas, el resultado puede ser atroz. Físicamente, la consecuencia puede ser un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual, y psicológicamente (pero no menos importante) un corazón roto (por sonar algo poética), sensación de vacío, culpa, vergüenza y emociones confundidas, por mencionar sólo algunas.

Créanme, una decisión así siempre tiene una factura que pagar. No conozco un solo caso que haya salido impune en una situación similar.

Así que la pequeña reflexión que me gustaría dejarles el día de hoy es que, aunque estamos tomando decisiones pequeñas y grandes constantemente (incluso sin darnos cuenta), podríamos empezar a futurear mentalmente con ejemplos y usar un poco la cabeza racional para que hagamos de la prevención un estilo de vida.

Se puede escarmentar en cabeza ajena, no siempre se necesita darse de golpes para aprender. Entonces, si no, ¿para qué existe tanta información hoy en día? Si lo tuyo, lo tuyo, no es eso de la prevención y estás metido/a en un embrollo, con mucho gusto te espero en mi consultorio.

*Mtra. En Psicoterapia de Hipnosis Ericksoniana

Gina María Uribe

@ginapsicoterapeuta

@CaminandoSalud

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