Ya llegará el tiempo de los que tiene hambre de justicia

  • URL copiada al portapapeles

Invitada


Septiembre 05, 2019

POR DIANA SEGOVIA

A los antorchistas nos queda claro que el artículo con fecha del 13 de agosto, redactado por el “periodista profesional” Alejandro Sánchez, es producto de una campaña mediática sucia, que busca desprestigiar la lucha del pueblo organizado en el Movimiento Antorchista.

Esta campaña se ha agudizado debido a que nuestra organización ha iniciado sus festejos del 45 aniversario, festejos que tienen contemplados seis eventos con cientos de miles de antorchistas; de ellos, hemos llevado a cabo dos en los que el ingeniero Aquiles Córdova Morán, secretario general de Antorcha, ha reiterado su llamamiento al pueblo organizado a educarse y prepararse para la consolidación de nuestro partido político, fundado sobre una base puramente popular y democrática, que nos llevará a tomar el poder y así beneficiar, como lo hemos hecho desde el nacimiento de la organización, a la clase trabajadora de México.

Es preciso señalar que el planteamiento de ser partido político no nace de un capricho nuestro. Desde la fundación de nuestra organización, que se dio a principios de los años setenta, nosotros ya habíamos planteado la necesidad de que el pueblo, organizado, unido y con claridad en su objetivo, tomará posesión del país. Nosotros abanderamos la necesidad de que en México se erradique la pobreza que genera la mala repartición de la riqueza.

Muchos se preguntarán: ¿por qué ahora?, ¿por qué parece que vamos más en serio en cuanto a la creación del partido? Los antorchistas tenemos muy presente que nuestra principal tarea es alcanzar nuestro ideal; para ello necesitamos de ciertas condiciones, que tampoco las inventamos nosotros.

Además, el pueblo debe entender que, para ser un partido distinto a los siete que ya existen, debemos conocer que el problema principal de nuestra sociedad se encuentra plasmada en la lucha de contrarios. En otras palabras, en la contradicción más marcada en la sociedad que se genera, porque unos trabajan de sol a sol, bajo las máquinas, el arado, un aparador, etcétera, sin salarios dignos y en pobreza, mientras otros acaparan la riqueza que genera el trabajo del pueblo y viven entre la riqueza más insultante.

El individuo debe comprender que sólo organizándose y luchando con sus iguales, podrá darle fin desde la raíz a este capitalismo neoliberal, que cada vez muestra más su ineficacia y su sed insaciable de riqueza a costa de la sangre, el sudor y las costillas de otros.

Lo afirmamos una vez más, como desde hace 45 años: sólo el pueblo trabajador puede liberar al pueblo trabajador del yugo de la explotación. La única condición para lograrlo es que hay que educarse y luchar.

Ahora bien, una vez que hayamos hecho bien nuestra labor de educación y estemos preparados, cuando logremos tener el poder, aplicaremos lo que ya hemos planteado anteriormente: las cuatro estrategias que nos ayudarán a combatir el problema de la desigualdad social.

Primero: una política fiscal progresiva. O sea, que paguen más los que tiene más ganancias. En segundo lugar: reorientación del gasto social, con el fin de que se aplique en la creación de obras y servicios básicos esenciales para que los trabajadores tengan una vida digna. En tercer lugar: trabajo para todos. Se necesita inyectarle capital monetario al país y generar ganancias que nos ayuden a impulsar el desarrollo. En último lugar, pero no menos importante, planteamos mejores salarios, que sean dignos y adecuados a las necesidades de las familias mexicanas. Esto, señores, sólo es el primer paso.

Lo anterior lo menciono por una razón en concreto. Es evidente para nosotros que la falta de argumentos y coherencia en las acusaciones del señor Alejandro Sánchez son muestra de la falta de conocimiento y de la política “lamebolas” que quiere llevar a cabo haciendo acusaciones que nosotros hemos aclarado que son falsas de manera puntual. Además, hemos exigido pruebas fehacientes de lo que se nos acusa.

A nuestra organización la ha tachado de lo mismo AMLO, que nos acusa cada que tiene el foro mediático para hacerlo. Quiero decir que nosotros no tenemos miedo de las acusaciones que se nos hacen, y mucho menos ponemos en duda nuestro ideal. Hemos ganado esta batalla una vez más, pues acusar a nuestra dirigencia de corrupta por tener un corrido de quién sabe que autor, es cosa de chiquillos berrinchudos, cuyos argumentos no alcanzan a demostrar un razonamiento verdaderamente científico, como se supone que tiene o presume tener cierto periodista.

Sabemos que su dolencia chayotera radica en que somos la única organización con la fuerza suficiente para derrocar las mentiras de cualquier politiquillo de la 4aT, pues los hechos demuestran que nuestro proyecto no es errado, como ellos lo pintan.

Tenemos pruebas de que nuestro trabajo es real y palpable; como diría el dicho, “con un dedo no se tapa el sol”. Por ejemplo, nadie puede negar la transformación que hemos logrado en Chimalhuacán, en Ixtapaluca, en Huitzilan de Serdán, en Tecomatlán y podemos mencionar innumerables colonias a nivel nacional, que han sido beneficiadas con las políticas anteriormente mocionadas de Antorcha. Y eso que aún no tenemos el poder político de la nación. Ahora detengámonos a pensar qué será de México en manos de una organización creada e impulsada por el pueblo. Si necesitan ver para creer, visítennos, ahí están nuestros ejemplos ya mencionados.

Por ello, el decir que somos corruptos por tener nuestra propia solvencia económica, o que un corrido, cuya letra seguramente está dedicada con admiración a un hombre que ha dado su vida por la creación de una organización de hombres buenos; o calumniarnos de huachicoleros o “intermediarios” en el manejo de quién sabe qué programas, financiados por quién sabe qué gentes, no es suficiente para derrumbar nuestra muralla humana.

En primera, porque nosotros nunca hemos tocado el dinero de las gestiones. En sexenios pasados, los que aplicaron el ramo 23 a las obras públicas que logramos fueron ni más ni menos que los representantes que el pueblo eligió de x o y partido. Lo único que nosotros hicimos fue pedir que se les dieran condiciones más humanas a los trabajadores. Los colonos, obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa y el antorchismo en general pueden testificarlo. Si no me creen, los invito a que vayan a los aniversarios de Antorcha, ahí estaremos muchos para responderles sus dudas.

En segundo lugar, no es un delito tener una solvencia económica autónoma. Aquí todos hemos aportado a la creación de negocios propios de nuestro movimiento. Estos negocios legales nos han brindado a centenas de mexicanos el beneficio de tener una carrera universitaria, o nos ha sanado de enfermedades curables de las que actualmente se mueren millones por la falta de atención médica y de medicamentos.

No es secreto de ningún antorchista que la lucha organizada se solventa a través de esos pequeños negocios que no se comparan, por nada del mundo, con los monstruosos monopolistas del servicio energético, que han traído pendiendo de un delgado y frágil hilo a la paraestatal mexicana Pemex.

Nosotros, los militantes del antorchismo, tenemos muy presente la calaña de la que están hechos muchos periodistas, que con tal de acomodarse entre las plumas bien pagadas del enemigo común, desperdician su tiempo sin tener un poquito de amor propio, escribiendo y reproduciendo el discurso visceral de los poderosos, que no tiene en absoluto ni una pisca de verdad.

A esos, que presumen de ser los “intelectuales” y que se paran el cuello diciendo que deben ser admirados por los que están debajo de ellos, yo les digo: allá ustedes si prefieren el charco de lodo al inmenso mar que viene, que lo consume todo en silencio, que lo arrastra todo a su paso y a su tiempo, porque este innumerable conjunto de gotas que es el pueblo, más temprano que tarde se las cobrará a quienes solapan a los verdaderos enemigos de los que hoy tiene hambre de justicia. 

  • URL copiada al portapapeles