Matagatos y mataperros contra inteligentes y humanos

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Fernando PÉREZ CORONA


Septiembre 24, 2019

Juan Castillo Pérez es su nombre o era. Ya no sé si vive o muere. Pero vivía en el número 13 de la calle Los Pinos de San Lucas Atoyatenco, comunidad de San Martín Texmelucan. En 2013 publicó en su muro de Facebook videos y fotos que exhibían maltrato animal.

El material audiovisual se hizo viral. No era para menos: unos canes colgaban de sus orejas en un tendedero, dos perros comían un gato y otro perro ganaba una de tantas batallas a un pequeño felino.

En ese entonces, organizaciones protectoras de animales y la sociedad en general exigieron a las autoridades detener a este obrero de una empresa de autopartes. El Ayuntamiento investigó. Incluso hizo la inspección en el inmueble. Juan se escondió. Nadie lo encontró. La entonces Procuraduría General de Justicia abrió la averiguación previa 1475.

Con el escándalo a cuestas, escribió una carta para rechazar las imputaciones. "Lo hice una vez," escribió en un supuesto comunicado. Pero esa vez fue suficiente para marcarlo toda la vida. Lo rebautizaron como: El Matagatos.

Hace dos años, el reportero volvió a la calle Los Pinos. Remedios le abrió la puerta de su casa; pero no lo dejó entrar. Según ella, inventaron puras mentiras a su marido. Por lo que pidió que no reabrieran el caso.

Y es que en ese entonces, la organización care2 trataba de recabar 350 mil firmas para exigir castigo contra Castillo Pérez, como pres unto responsable de maltrato animal

Remedios ya no quería vivir lo que vivió. Sobre todo, porque esa persona que aparecía en las videograbaciones viralizadas en redes sociales, no era su esposo, según dijo.

A seis años de distancia, una mujer acaparó la mirada de los vecinos de Bosques de San Sebastián, una unidad habitacional de esta capital poblana. Y es que en un pequeño departamento de interés social tenía encerrados 45 perros; en tanto que en su refrigerador guardaba restos de estos animales, como también de gato y conejo, además de carne enchilada preparada, lo que escandalizó a las redes sociales, pues este producto se vendía en tianguis y mercados.

La gente trató de linchar a María Consuelo, como era de esperarse. La Policía Municipal aseguró a la mujer y la condujo a la patrulla, la cual abordó con todo y su hijo de 8 años de edad, sin importar que quedaba atrás otro adolescente de 17, quien también reclamaba la presencia de su madre.

En las videograbaciones es posible ver a María Consuelo caminar flanqueada por los uniformados, mientras algunos sueltan uno que otro golpe, le gritan maldiciones, la insultan. La ira envolvió a esos hombres y esas mujeres, quienes no vieron al infante abrazado por la mujer, ni siquiera pensaron en el adolescente que estaba fuera de encuadre.

De acuerdo con la presidenta del DIF Municipal, Mayte Rivera Vivanco, los menores de edad no presentaban rastros de ser víctimas de maltrato o estar desnutridos, por lo que seguramente regresarían con su madre.

En la primera nadie comprobó la identidad de El Matagatos y cuando se juntaron las firmas, resulta que el acusado era inocente.

En los hechos más recientes, ¿usted también pensó primero en las mascotas que en los niños, en los menores de edad?

No cabe duda que necesitamos ser más inteligentes, no dejarnos llevar por la avalancha, por la turba mediática que reclama justicia, que quiere hacer justicia por propia mano, sin importar si ésta aplica contra inocentes, tal y como pasa en los linchamientos.

También es necesario ser más humanos y sopesar las cosas. Claro que es condenable el asesinato de los perros; pero, antes de cualquier animal, están las personas y más si son niños o menores de edad. Porque qué trauma habrán dejado entre ellos los insultos contra su madre, la intentona por golpearla, la demanda de castigo.

Hay quien dice que quiere a su mascota como a un hijo, pero si alguna vez tuvo descendencia, sabe en sus adentros que un hijo y una mascota no se quieren igual. Si no ha tenido hijos, seguramente tampoco se atrevería a compararlos.

Más inteligentes y más humanos, urgen entre la sociedad.

Y recuerde: Nadie es completamente bueno, ni completamente malo

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