Martes 08 de Octubre de 2019 |
“No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de la ley y bajo el calor de la justicia" Montesquieu
Recientemente, se hizo público un supuesto plan del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para presionar al líder político de Ucrania, con el fin de desprestigiar por posible corrupción, a su oponente político del Partido Demócrata, Joe Biden. Caso que quedó expuesto por al menos dos denunciantes o “whistleblowers” de una conducta inapropiada en materia de seguridad nacional de parte del mandatario estadounidense, así como una falta de integridad en el proceso electoral en curso en dicha nación. Lo que tiene sumido en un escándalo político a Trump, tras haber sido abierto su proceso de destitución por estos acontecimientos. Se ha iniciado así la investigación del caso en seis Comisiones de la Cámara de Representantes: Judicial, Inteligencia, Finanzas, Relaciones Exteriores, entre otras, como parte del proceso de un juicio político, que se realizaría sin un juez, pero por los congresistas. Dicho proceso se apegaría a los artículos constitucionales que se refieren a enjuiciamiento para establecer cuáles serían los posibles delitos cometidos por el Presidente por los que puede ser destituido: traición a la patria, soborno y delitos mayores. El proceso de destitución del Presidente se puede iniciar con mayoría simple en la Cámara de Representantes, de tal modo que son suficientes los votos de 235 demócratas contra 198 de los republicanos; si bien, para condenar a Trump se requieren dos terceras partes del Senado, lo que significa que 67 congresistas tendrían que condenarlo, sin olvidar que esta Cámara está integrada por 45 demócratas y 53 republicanos. Escenario que no es el más probable que pueda ocurrir, ya que esta decisión política implicaría que los propios republicanos abandonaran a su candidato presidencial del próximo año. No obstante, si el rumbo de estos hechos cambia, debido a que sí existe la posibilidad de que haya republicanos que estén dispuestos a quitarle su apoyo a Trump, la proyección sería que el Vicepresidente de Estados Unidos entraría en funciones. Ahora bien, este proceso ha sido promovido por Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes, quien anteriormente había descartado este juicio, debido a tres razones principales: 1. Es una medida que puede ser inútil, ya que la mayoría del Senado está en manos de los republicanos y se necesitan dos terceras partes para iniciar el juicio político o “impeachment.” 2. Se pondría en riesgo la mayoría del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, ya que, si no procediera el juicio, la derrota sería también electoral para quienes aspiraban a una reelección. 3. Puede movilizar a la base de Donald Trump. Con esta lectura, parece que la estrategia actual de los demócratas es enviar el caso al Senado para que los representantes republicanos tomen una postura en torno a este juicio de destitución; siendo su intención que dichos congresistas voten a favor o en contra de este juicio, con los costos políticos que esto implique en tiempos electorales. Movimiento que cobra sentido cuando se ha podido verificar en encuestas presentadas por medios de comunicación, como ABC y CBS, que hay un cambio en la opinión pública respecto al apoyo hacia Donald Trump. Los ciudadanos han manifestado un sentimiento nacional que se está moviendo hacia una investigación sobre el comportamiento de su presidente y su posible destitución. Veremos si la cultura política del ciudadano estadounidense determina el curso de estos hechos. Al tiempo. * Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey @floresm_mx
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