Nadie duda de la fuerza de esta organización fundada en 1974 en Tecomatlán, en la región Mixteca de Puebla.

A 45 años de distancia, la agrupación iniciada por 40 universitarios y campesinos reunió este domingo a más de 100 mil personas (algunos dicen que 150 mil ) en los estadios Cuauhtémoc y Hermanos Serdán, donde Córdova Morán definió su estrategia:

"Vamos a formar nuestro partido político, compañeros porque los tiempos nos los está imponiendo, no por gusto. Por mi gusto nos tomaría otros años para seguir creciendo despacio; pero la historia ya no nos da oportunidad."

No pudo faltar la crítica contra el presidente Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación.

El punto central de los cuestionamientos estuvo en la inseguridad, sin olvidar la desigualdad en el país.

En ambos casos, para el profesor, los problemas empeoraron.

Por lo que no queda otra, más que adelantar la creación de un partido político que represente a los antorchistas.

En mi opinión, la decisión se podría haber tomado desde hace varios años o lustros o décadas.

Podría haberse fundado con "antorchistas de toda la vida", como se pretende de manera original, o con apoyo en una alianza nacional con otras agrupaciones.

Para valorar el proyecto de Antorcha Campesina, es necesario analizar los logros previos de sus fundadores, desde aquella Escuela Nacional de Agricultura (ENA), donde luchaban por la transformación de la institución en Universidad, desde la elaboración del proyecto para crear la Universidad Autónoma Chapingo, el cual fue aprobado por la Cámara de Diputados y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1974.

Nadie puede olvidar que Antorcha Campesina está adherida al PRI desde octubre de 1988; sin embargo, tampoco debe causar sorpresa que la decisión haya sido consecuencia de que en ese entonces, estar en contra del partidazo, del sistema, era prácticamente apostar por una mínima probabilidad de éxito.

De ahí que haya preferido impulsar a sus candidatos con la playera tricolor, de ahí que hayan aparecido en las boletas dirigentes como Hersilia Onfalia Adamina Córdova Morán,​ Frine Soraya Córdova Morán,​ Héctor Javier Álvarez Ortiz,​ Jesús Tolentino Román Bojórquez,​ Edith Villa Trujillo y Telesforo García Carreón, entre otros.

El año pasado, el Movimiento Antorchista apostó por el candidato priísta a la Presidencia de México, José Antonio Meade, quien confiaba en esta organización campesina para detener a López Obrador; incluso, en Ixtapaluca, Estado de México, ante Aquiles Córdova Morán, hizo la petición directa.

Antorcha Campesina no ha dejado de ser priista, pero paulatinamente su compromiso con este partido ha disminuido considerablemente, por lo que se entiende el plan de convertirse en partido y definir un rumbo propio.

La tarea no es fácil.

Cada seis años, después de la elección presidencial, el Instituto Nacional Electoral (INE) abre la posibilidad de autorizar la conformación de nuevos partidos políticos.

Tras publicar la convocatoria en agosto, los líderes de 78 organizaciones levantaron la mano.

Los requisitos no son sencillos.

Tener 70 mil afiliados en 200 distritos electorales o en 20 entidades federativas.

Por lo anterior, el INE calcula que habrá, cuando mucho, cuatro nuevos partidos para 2021.

Redes Sociales Progresistas, de Elba Esther Gordillo, parece que sería un de esos partidos.

Encuentro Solidario, de Hugo Flores y organizaciones evangélicas, sería el segundo.

Hay quienes apuestan por Fundación Alternativa y otros por México Libre, éste último encabezado por el expresidente Felipe Calderón.

El 28 de febrero vence el plazo.

¿Antorcha Campesina tendrá tiempo para lograr su cometido?

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