Miércoles 13 de Noviembre de 2019 |
Este viernes concluirá su periodo como presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, un abogado comprometido con los derechos fundamentales del individuo, con la libertad de expresión y el ejercicio periodístico. Por más de dos décadas he sido amigo de Luis Raúl, quien como primer director general del Área de Agravios a Periodistas en la CNDH apoyó la relación con el gremio periodístico, fue promotor del diálogo y fomentó que los periodistas nos involucráramos en la problemática, ante el alto número de ataques a la Libertad de Expresión en nuestro país. Al frente de la CNDH, fue un ombudsman incómodo para los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador; señalando los abusos, errores y excesos de las autoridades. Sin duda, el compromiso de González Pérez con los Derechos Humanos va más allá de su paso por la Comisión Nacional, y habremos de seguir adelante en la lucha porque se respeten los derechos fundamentales, destacando la Libertad de Expresión y el Ejercicio Periodístico en nuestro país. Hoy la Comisión Nacional de los Derechos Humanos enfrenta una de sus peores momentos, ante la ilegalidad en el proceso de designación de Rosario Piedra Ibarra, ya no por la duda en la votación. Simplemente porque su militancia en el Movimiento Regeneración Nacional la hace inelegible como titular de la CNDH. Tómelo con atención. Este lunes se dio a conocer que después de sesenta días de inactividad, se inició el proceso de revocación de la notaría al exgobernador Mario Marín, quien se encuentra prófugo de la Justicia por agravios a la periodista Lydia Cacho. Sin duda Mario Marín simboliza la impunidad, corrupción y los abusos que hartaron a la sociedad y se tradujo en el voto de castigo que en julio de 2018 llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. El priismo que tantas críticas recibió y nunca entendió que la sociedad reaccionaría en algún momento. Hoy Miguel Barbosa se regodea, al dejar al descubierto los abusos y excesos de los gobiernos de Mario Marín, Melquiades Morales y Rafael Moreno Valle; lo que no lo hace un buen gobernador, ni lo exime de caer en la misma impunidad, corrupción y soberbia, como lo manifestó hace unas semanas al hablar del accidente que costó la vida a Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, en diciembre del año pasado. Tómelo con interés. El pasado lunes llegó a México Evo Morales, expresidente de Bolivia; quien a lo largo de catorce años logró abatir el analfabetismo en poco más del 10 por ciento, bajó el desempleo del 9.2 al 4.2 por ciento de la población, combatió en 26 por ciento la pobreza moderada, y en 23 por ciento la pobreza extrema. Sus resultados no fueron malos; sin embargo, la sociedad se cansó de más de 14 años de gobierno y tres procesos de reelección. Quizás si Evo Morales hubiera aceptado la convocatoria a una segunda vuelta electoral la semana pasada, en lugar de aferrarse al poder, habría quedado como un buen mandatario que en 14 años cambio la vida de su nación. Pero eso ya es historia; el prospecto de dictador fracasado ahora ha sido exiliado en nuestro país, con lo que ello pueda implicar en la relación bilateral entre México y Estados Unidos. * Maestro en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana Socio fundador del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo Presidente de la Fundación Fernando Mora Gómez por la Libertad de Expresión @Fernando_MoraG
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