El impacto extranjero en la sociedad actual

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La gente mudándose de un lado a otro no es nada nuevo, es un fenómeno que se ha dado de manera repetida en el mundo, lo único que ha cambiado conforme a los tiempos es el lugar de destino.

Durante siglos, personas del viejo continente, Europa, buscaban un mejor futuro en el nuevo mundo, América. En aquella época españoles, irlandés, italianos, entre otros, viajaban a países en este continente en busca de trabajo y mejores oportunidades de vida. En muchas ocasiones personas que habitaban en los pueblos europeos decidían abandonar la miseria en la que se encontraban y buscaban algo más en estos países. Muchos de estos lograr amasar grandes fortunas, y fundar grandes negocios en países como México. Cabe destacar que muchas de las grandes empresas de orgullo mexicano, como es el caso de Bimbo, fueron creadas por personas de origen extranjero.

Los extranjeros en nuestro país han apoyado al desarrollo político, económico y cultural. El se encuentra, cuando la percepción de la sociedad se vuelve excesivamente positiva, como es el caso del “malinchismo”, o negativa. Debe existir un balance, ni lo extranjero es cien por ciento garantía, ni viceversa.

México es un país que, a pesar de haber sido un gran receptor de extranjeros en el pasado, incluso de algunos en calidad de refugiados, ahora se ha vuelto un gran expulsor de personas. Mexicanos deciden día a día arriesgar sus vidas para cruzar la frontera norte con Estados Unidos. Esto no lo hacen porque vivan tranquilamente acá, sino porque no les queda de otra, porque probablemente llevan meses desempleados o recibiendo salarios que no les permiten tener una vida digna.

Vivimos ya en sociedades cosmopolitas, que resulta imposible hablar de “ciudadanos puros”. La mezcla se ha dado durante muchos siglos, lo que dio como consecuencia a una cultura sólida como la que celebramos cada 16 de septiembre o 5 de mayo.

Lo que hace falta ahora es hacernos valer y darnos a respetar. Los mexicanos somos todos, no el presidente, ni los políticos, somos cada uno de nosotros que nos levantamos día a día y hacemos de nuestro país uno mejor.

Las oportunidades no van a caer del cielo, ni son obligación de los políticos darnos. El derecho a una vida digna que tenemos todas las personas, no se refiere a que extendamos la mano y recibamos todo lo que necesitamos para vivir. Lo que debe crear el Estado son las herramientas para que nosotros los ciudadanos a través de nuestro trabajo y esfuerzo podamos acceder a esto. Los programas de apoyo social, por ejemplo, el que se brinda a las personas que no estudian y no trabajan, dañan mucho al desarrollo social.

Lo que hay que hacer es fomentar la inversión privada tanto nacional como extranjera. Empresas como Audi y como Volkswagen generan más empleo que muchas otras en Puebla. El capital y las empresas extranjeros le hacen mucho bien al desarrollo de nuestras localidades. Sólo hay un México y todos somos mexicanos.

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