Presupuesto 2020: contra el pueblo en su origen y en sus consecuencias
Ahí encerrados y a eso de las seis de la mañana, quedó orgullosamente aprobado el PEF 2020. Para la historia
¿Qué decir de un Congreso o, más bien, de la mayoría de un Congreso, que tiene que sesionar blindada por varios anillos policiacos para que el pueblo no se le acerque? Pues que está completamente aislada y carece de apoyo popular. La mayoría morenista de nuestra Cámara de Diputados se tuvo que asilar en Santa Fe, en un hotel ubicado en una zona de la Ciudad de México sin colonias populares, en la noche y la madrugada, protegida por varios miles de policías para que la gente que protestaba por el tipo de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que se disponía a aprobar, no se pudiera acercar y no la incomodara. Ahí encerrados y a eso de las seis de la mañana, quedó orgullosamente aprobado el PEF 2020. Para la historia. Fue aprobado seis días después de lo que marca la ley. La Cámara de Diputados violó la Constitución. No hay problema, para eso tienen al Poder Ejecutivo y a la mayoría de los diputados. Todo es cosa de elaborar cuidadosamente un trastupije legislativo, mediante el cual una sesión celebrada como 360 horas después de otra, puede “concluir” y ser fechada el mismo día en que inició la anterior. En realidad, el presupuesto, tal como finalmente fue aprobado, estaba en la Cámara de Diputados desde el 8 de septiembre, dos meses y medio antes, pero no pudo ser aprobado porque la inconformidad con su diseño era tal que los grupos morenistas mismos estaban muy molestos y divididos y hubo que aplacarlos y eso, obvio, toma tiempo. No es todo. Entre los desaseos (eufemismo de otra expresión más fuerte) que hay que comentar, está el hecho de que, como hace mucho tiempo, tanto que no se tiene memoria, el Ejecutivo lanzó abiertamente la consigna para su aprobación: “no se le cambia ni una coma”; y ni una coma se le cambió. El servilismo, la entrega abierta y descarada del Poder Legislativo a las órdenes y la voluntad del Poder Ejecutivo tienen pocos parangones en la historia de México y el mundo. En México un solo hombre tiene el Poder Ejecutivo y, por lo visto y demostrado, el Poder Legislativo. ¿Qué más? Éstos que aleccionan a todo el mundo sobre su convicción popular y democrática, huyeron del recinto legislativo los últimos diez días del plazo reseñado, porque cerca de 10 mil mexicanos de los más pobres y necesitados se plantaron a demandarles diálogo y soluciones para que una parte del PEF --Ése al que no le deberían tocar ni una coma-- se dedicara a hacer obras de infraestructura en cientos de pueblos y colonias necesitadas del país. Queda también para la historia como uno de los plantones más concurridos, combativos, civilizados y artísticos que se hayan visto; los plantonistas reclamaban agua, drenaje, carreteras, clínicas, escuelas; es decir, infraestructura para el México de hoy y para el de mañana. Pero, como ya dije, los diputados morenistas huyeron del recinto y hasta ahora se enorgullecen, no sólo de que no tocaron el texto del ejecutivo, sino de que nunca dialogaron en serio con los inconformes. En resumidas cuentas, después de algún tiempo y verdaderos crímenes contra la ley, la democracia y los derechos humanos, en una palabra, crímenes contra el pueblo, el PEF 2020 fue aprobado. Ese presupuesto no va a impulsar el crecimiento económico, y eso, aunque no es precisamente desarrollo, es también contra el pueblo. La economía tiene sus leyes que no son morales ni inmorales. Son, simple y sencillamente, relaciones sociales que se entablan sin que medie un plan expreso de los actores, y tienen sus consecuencias. No hay ciencia económica moral, como no hay Matemáticas morales ni Química moral. Por tanto, se sabe bien que un presupuesto que carezca de suficiente inversión en infraestructura, no puede ser un presupuesto que promueva el crecimiento y, entre otros machetazos, al PEF 2020 se le recortó 70 por ciento para carreteras y conservación de caminos rurales. Vamos a seguir rondando el cero de crecimiento. No habrá obras de infraestructura básica, porque el presidente y Morena no quieren. Rescato al respecto un interesante comentario de la columna “Trascendió” que publica el periódico Milenio en su edición digital, para una ilustración más completa de los posibles lectores: “QUE en el municipio de Paraíso, Tabasco, ya comienzan a resentir la falta de recursos para obras públicas. La situación es tan apremiante que el alcalde, Antonio Alejandro Almeida, pidió a los empleados que aporten de su sueldo para aliviar un poco los problemas del drenaje municipal, más en estos días de lluvias intensas.” Sobran los comentarios. Ahora bien, al pueblo debe de quedarle claro que no sólo hubo negativas a dialogar en serio y cambiar una sola coma en el PEF 2020; también hubo mentiras descaradas. Una revisión al Presupuesto de Ingresos (que por cierto tiene una sobreestimación de 150 mil millones de pesos) en el que se soportan los gastos que prevé el PEF, arroja claramente que sí habrá endeudamiento. Ha sido una afirmación recurrente desde la Presidencia de la República y de los más conspicuos morenistas, que el país no se endeudará más. Falso. Se está previendo un endeudamiento de 600 mil millones de pesos para el año próximo. Nos dicen que ya dejamos atrás el neoliberalismo pero, precisamente, una de las características del neoliberalismo en el mundo, como lo demuestran casos emblemáticos como el de Estados Unidos, implican un aumento en la deuda pública, tal como se tiene planeado por el gobierno de la 4taT para el año que entra. Y la falta de crecimiento económico, sin el cual no puede haber desarrollo, se agrava porque el PEF 2020 está afectando a algunos de los sectores que sí están creciendo: el campo. En 2020 habrá menos apoyo al campo, 42.5 por ciento menos de apoyo para comercialización de productos y se elimina por completo el apoyo a los pequeños y medianos empresarios de este país. Y ahí, en las zonas rurales principalmente, habitan los núcleos indígenas y el PEF de la 4taT está reduciendo también el apoyo para esas zonas indígenas, principalmente en infraestructura básica: poco más del 45 por ciento. En resumidas cuentas, para estados y municipios están cayendo las participaciones y aportaciones, sólo se fortalece el gasto del poder central. En México es muy urgente el empleo. No debe olvidarse que a nivel nacional, el 55-56 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) está en el empleo informal, en ese que no tiene seguridad, ni servicio médico, ni prestaciones ni nada; hacen falta mejores salarios, y si hay empleo y salarios no se necesita que a la gente le regalen dinero, pues con su esfuerzo se lo puede ganar; hacen falta, mucha falta, obras de infraestructura básica para mejorar el malísimo nivel de vida de la gente.
No se trata de una lista de buenos deseos. Las herramientas existen, la ciencia económica moderna, no la economía moral, ha demostrado en otros sitios del mundo que un propulsor muy importante es precisamente el gasto público, la intervención científica, planeada y consciente del Estado. No existe hasta ahora un solo país en el que el crecimiento, y el consecuente desarrollo, se hayan obtenido con tarjetitas que dan dinero a la gente. México no va a ser la excepción. Esté usted seguro. |
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