El éxito de una unidad económica

Cada uno de nosotros, al menos de manera lateral, ha estado inmerso en un ambiente en que se conoce que determinadas dinámicas

Cada uno de nosotros, al menos de manera lateral, ha estado inmerso en un ambiente en que se conoce que determinadas dinámicas o comportamientos son causa, y que lo que de ellas deriva son efectos. Es común notar que hay una relación de causa-efecto en múltiples aspectos de nuestra vida cotidiana.

De manera aún más general, el afán del conocimiento y de la ciencia ha consistido en reconocer las dinámicas de causa y efecto de los fenómenos particulares que se están observando.

Estas relaciones pueden tener una perspectiva tan reiterativa que las damos por descontadas; en cambio, otras parecen menos recurrentes, o como una relación de menor impacto.

Si consideramos nuestro cuerpo, podemos notar que hay una gran variedad de procesos que siguen esta “secuencia” de causa y efecto. Y es tan recurrente su presentación, que por momentos la ignoramos.

Pongamos algunos ejemplos:

a) el respirar: el ingreso de aire por nuestra nariz y boca es causa de una gran variedad de procesos; es decir, de esta acción se derivan varias más; de hecho, algunas de ellas se convierten en causa a su vez de otros efectos, de otros procesos.

Al inhalar, entra aire a los pulmones, que se encargan de transformar el aire para llevar oxígeno al corazón y de ahí iniciar otros procesos.

b) el comer: el alimento pasa por el esófago hacia el estómago, que se encarga de transformar esos alimentos en nutrientes y en desechos que a su vez son causa de nuevos procesos relacionados con la dotación de energía al cuerpo y con la excreción de desechos.

c) interactuar con el entorno por medio de los sentidos: nuestra experiencia activa “n” cantidad de procesos de distinta naturaleza, muchos de ellos aún lejanos a la comprensión de la humanidad considerada como un solo ente.

Puedes tú identificar aún múltiples ejemplos adicionales.

Ahora bien, si esto es así, ¿qué determina que las personas o las organizaciones tengan éxito económico en un entorno como en el que nos movemos, el cual está regido por el intercambio mercantil capitalista?

Y nos referimos a la idea básica del desarrollo y del crecimiento, a la condición de mantenerse como unidad económica y continuar con la posibilidad de expandirse.

Bien, es de uso común la idea de que una organización, por ejemplo, requiere ser rentable para existir en el tiempo. En caso de que la organización no sea rentable, estará consumiendo más recursos de los que es capaz de producir, y en este caso estará destruyendo producción que ya existía, sin la capacidad siquiera de reponerla o conservarla: ése sería el ejemplo extremo de una organización que no es exitosa, ¿cierto? La cantidad de destrucción que genere es relevante, pero sea inmensa o sea insignificante, nos encontramos ante una organización que no es exitosa.

En cambio, una organización que es capaz de generar rentabilidad es aquella que no sólo conserva y repone lo que ya existía antes, sino que además genera excedentes. Mientras sea capaz de garantizar a lo largo del tiempo la producción de excedentes, entonces estamos hablando de una empresa que está en una condición exitosa, y desde luego aquí también puede ser exitosa con un bajo nivel de rentabilidad, o puede ser exitosa con un alto nivel de rentabilidad.

Ahora bien, ¿cuál es el nivel de rentabilidad que esperarías tú para considerar que tu organización es exitosa? La respuesta a esta pregunta depende exclusivamente de ti, y por tanto de ti depende identificar y aplicar las relaciones de causa-efecto correspondientes para garantizar el éxito económico de tu organización.

Y lo mismo aplica cuando hablamos de un solo individuo: si consume más de lo que está produciendo, su éxito estará en duda, ¿te hace sentido?

Y en ocasiones puedes ver que una organización o un individuo están avanzando durante un largo tiempo sin que sean realmente exitosos, ¿lo has notado? Sólo están consumiendo, sin ser capaces de conservar y de reponer lo que consumen.

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