Feminicidio o una verdadera igualdad entre hombres y mujeres: los números

  • URL copiada al portapapeles

En días pasados, también por esta columna mencionamos que los gobiernos en nuestro país sólo tratan de manera superficial el problema del feminicidio, decretando una fallida alerta de género. Los crímenes siguen en aumento, cada semana nos enteramos de uno. Por ejemplo los casos de Dalia, quien fue envuelta en cobijas y con signos de ahorcamiento; la muerta en Atlixco, a quien le prendieron fuego con gasolina; o el caso de Judith Abigaíl que sigue sin esclarecerse y el presunto asesino continúa libre como si nada pasara.

El aumento del 150 por ciento en los índices del feminicidio es alarmante. Tan sólo hasta octubre de este año los crímenes en contra de mujeres alcanzan ya 106, de acuerdo al Sistema Nacional de Seguridad Pública; y para variar, solamente un 47 por ciento de los casos son investigados como crímenes en contra de mujeres, y el otro 53 ya no. A pesar de todos estos datos y el descontento generalizado, no se nota una política clara para ese problema. Ya no son suficientes las marchas feministas acompañadas de un canto surgido en Sudamérica con la estrofa “El violador eres tú”.

El temor por salir a la calle o confiar en alguien es cada vez mayor en nuestra sociedad. Así lo demuestra una encuesta realizada por la empresa Indaga, donde se preguntó: “¿como mujer tienes miedo de salir o realizar actividades fuera de tu casa?” El 88.3 por ciento dijo que sí, sólo un 4.7 dijo que no y un 7 por ciento dijo no saber, entre las 700 mujeres encuestadas.

Sin embargo, en este mismo estudio indagamos acerca del reconocimiento de los derechos hacia el sexo femenino, con la pregunta: ¿Consideras que en lo general se reconocen los derechos hacia las mujeres? A esta pregunta la respuesta fue: un 71 por ciento mencionaron que Sí, un 26 por ciento que no, y un 3 por ciento que no sabe.

Ante este resultado nos preguntamos: ¿Qué sucede entonces?, ¿se reconocen los derechos de las mujeres? Parece que sí, porque las leyes están siempre a favor de la mujer: se jubilan antes; en siniestros tienen la prioridad de ser salvadas; en un divorcio pueden quitarle los bienes a su esposo y son las más aptas para cuidar a los niños; no se les obliga a realizar servicio militar; las condenas en algún delito son menos severas para la mujer; si una mujer agrede a un hombre no tiene consecuencias legales, pero si es lo contrario, el hombre es severamente castigado; los programas de gobierno en su mayoría son para beneficio de las mujeres; las cuotas en la política benefician a las mujeres con un cincuenta por ciento; el empoderamiento femenino se celebra, mientras que el empoderamiento masculino es machismo.

Como nos podemos dar cuenta, los derechos por la igualdad de género son cada vez mayores. Vemos que se implementan en todos los sectores de la sociedad, y los medios de comunicación plantean ya una sociedad femenina empoderada; sin embargo, no son suficientes para que los crímenes contra las mujeres disminuyan; tal parece que con estas acciones lo que están haciendo es vulnerar los derechos de los hombres, ya que el sexo femenino obtiene los beneficios. En el pasado se tenía una sociedad machista donde el hombre sometía a la mujer, ahora sucede lo contrario, si anteponemos lo que se está logrando reconocer para las féminas.

Sin ser especialista, sería conveniente revisar el perfil criminal de un feminicida y ver si existen patrones de inferioridad hacia la mujer; o más aún, las causas antropológicas que determinan los aspectos biológicos, sociales y culturales del ser humano. De no ser así, seguramente entre más empoderada esté la mujer, los feminicidios aumentarán considerablemente. ¿Acaso necesitamos una verdadera igualdad entre el hombre y la mujer?

* Maestro en opinión pública y marketing político 

  • URL copiada al portapapeles