Liga MX: un torneo de cuatro equipos

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Invitado


Diciembre 30, 2019

Por Omar RODRÍGUEZ

La Liga MX se ha convertido en un torneo predecible y esto, se quiera aceptar o no por los dueños de las franquicias y por los directivos de la Federación Mexicana de Futbol, resulta en campañas carentes de emoción, ingrediente indispensable para satisfacer las exigencias de un sector aficionado que comienza a mostrar hartazgo por la forma en que se lleva a cabo un certamen donde solamente la tercera parte de los competidores tiene posibilidades reales de alcanzar el campeonato.

Precisamente este descontento del sector aficionado se refleja en la inasistencia a los estadios, los cuales, de manera alarmante, empiezan a mostrar entradas de apenas unos cuantos miles de seguidores.

En el torneo mexicano, de manera anticipada, se conoce quiénes serán los contendientes en los cuartos de final.

Es innegable que de vez en cuando se puede presentar una sorpresa que altere el pronóstico, pero, por lo general, América, Cruz Azul, Monterrey y Tigres serán cuatro de los ocho finalistas.

El resto de equipos matriculados en la liguilla saldrán de una baraja delgada, conformada por conjuntos como Santos, León, Toluca y Tijuana, que, aunque entre los mejores ocho sembrados de la clasificación, no siempre presentan los argumentos necesarios para acceder al título.

El común denominador que presentan los asiduos asistentes a la etapa decisiva del torneo mexicano es el respaldo de empresas poderosas, mismas que destinan presupuestos vastos para la conformación de planteles.

El problema no radica en las enormes sumas que se destinan a los equipos citados, pues cada empresa propietaria de un club es un organismo privado que tiene plena libertad para elegir en qué gastar y en qué invertir.

El problema es que la Liga MX no es un certamen de seis equipos sino de dieciocho, por lo que, no hay que darle muchas vueltas al asunto, no se puede hacer referencia a un torneo competitivo cuando solamente la tercera parte de participantes puede aspirar al campeonato.

La competitividad en el futbol es clave para elevar el nivel de un torneo y también, claro está, para reducir la mediocridad con la que se desempeñan algunos clubes, que conocedores de que no podrán pelear con los poderosos, se limitan a navegar con bandera de medianía y a presupuestar campañas donde se darán por bien servidos con evitar el descenso o bien, con tener un cociente más o menos estable.

¿Qué hacer?

Debido a los intereses económicos que se manejan entre jugadores, representantes y directivos, resulta poco probable que quienes toman las decisiones en la Liga MX opten por adaptar al entorno mexicano el modelo de la MLS de Estados Unidos, el cual, para mantener la competitividad de la liga y para satisfacer al sector aficionado, pone énfasis en dos aspectos: tope salarial y Ley del Jugador Franquicia.

El tope salarial les permite a los equipos, independientemente de su poderío económico, armar sus planteles con los mismos presupuestos, lo que resulta en un juego limpio y competitivo, en donde el factor monetario no es determinante para el éxito o fracaso de una temporada.

La Ley del Jugador Franquicia, hace referencia a la posibilidad que tienen todos los equipos de contar con un máximo de dos jugadores que sobrepasen el tope salarial, esto debido a que sus fichajes elevados son respaldados por una calidad comprobada en el escenario internacional, lo cual permite consolidar un equipo y hacer más atractiva la plaza asignada a cada franquicia.

Este modelo, aplicado al contexto mexicano, evitaría torneos predecibles y equipos mediocres, lo que a su vez generaría mayor nivel de competencia y espectáculo, sin embargo, se percibe poco probable su adopción a mediano plazo.

@RodriguezOmar83

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