Los infiernitos de la 4taT

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De críticos e impolutos, pasaron a ser exhibidos por su doble moralina, que les jugó a la contra al grupo de regidores opositores a la edil Claudia Rivera, autonombrados como el hoy vapuleado G5.

Y es que luego de hacerse públicos sus excesos con el dinero del erario municipal, hemos sido testigos del surgimiento de #LadyBaguette, la regidora que compraba sus teleras y cocoles en “Hackl” y los facturaba al Ayuntamiento.

También nos dimos cuenta de que algunos regidores de este grupúsculo gustan de ser “lancheros” de doble remolque e irse a veranear a Cancún, eso sí, con los gastos bien pagados, porque aunque uno de ellos no pueda articular ni una idea, nos salió fino para los hoteles y restaurantes como el “Chang's”.

¿Y qué decir de los golpes al corazón de Cupido? Pues resulta que ahí hay regidoras cuya torpeza rebasa lo estrictamente profesional y estallan en llanto y drama porque les corrieron al novio. Vaya conflicto para nosotros los ciudadanos, ¿no?

Con esta mediocridad de cuarta, este grupo se erige como oposición caricaturesca, al reflejar la vieja máxima de la corrupción: pegan con la izquierda, pero facturan con la derecha.

Además hay que refrescarles la memoria, porque me dicen, me cuentan que hay una regidora que no sólo gusta de pedir cocoles y baguettes; a ella también le gusta pedir obra pública, como para ampliar los negocitos personales. ¿Pues no que muy impoluta?

La pregunta es: ¿quién la manda a pedir obra? Antes de pedir, que pague lo que debe.

El llamado G5 quedó exhibido frente a sus propios excesos, donde llevan el sello primitivo del amo de la jauría.

Es una lástima ver ahí a Rosa Márquez, pues de todos, ella es la única que tiene lo que le falta al resto de incipientes simuladores: oficio político.

Los gestos de Rosa frente a las declaraciones de #LadyBaguette lo dijeron todo: pena ajena.

 

El mayordomo

Los infiernitos de la 4taT también se dan en la gran oficialía de partes que tenemos en esta Puebla de cuarta.

Ahí en el Congreso del Estado, el circo de cuatro pistas se da a todo motor, donde se replica lo que se criticó de la época morenovallista.

Con una sola señal del dedo flamígero del “Diputado Mayordomo”, se les ordena al resto de sus compañeros de diferentes bancadas cómo y con cuánto se vota.

Y es que entre las Josefinas, los Marcelos, los Collantes o los Casiques podemos presumir de tener legisladores centaveros; y no sólo de monedas de cambio, sino de promesas gestadas en las candidaturas que habrán de venir.

Limitado, primitivo y con su natural misoginia, me dicen, me cuentan que al “Mayordomo” le pesa, y mucho, el “establishment poblano”. Él sabe que ni su ficticia poblanidad, ni sus fructuosos enjuagues le permitirán “ser” o “pertenecer” a esos círculos que siempre lo verán como lo que es: un mayordomo.

 

La ollita de Claudia

Dicen que “tan mala es la pinta como la colorada”.

Y es que mientras se exhiben los excesos del G5, en el primer círculo de la presidenta Claudia Rivera también hay quienes gustan de los buenos lujos que da el poder. Pero el poder gastar a manga ancha, ¿o no, señores de la “cofradía municipal”?

El fondo de la ollita municipal tiene muchos, pero muchos centavitos que se andan juntando “dizque” para blindar a la presidenta cuando deje el cargo (argumento muy barato de los vividores que gustan del dinero con ligas).

Ésta es la 4taT que hoy gobierna a Puebla.

 

 

@rubysoriano

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