Externar las emociones también es bienestar
Ustedes no me conocen, tan sólo me leen...
Ustedes no me conocen, tan sólo me leen, de manera que a través de estas líneas trataré de compartirles un poco de mi filosofía de vida. Soy una persona que gusta de transmitir alegría a las personas, positivismo; aunque cuando estoy triste, vivo esos momentos y avanzo a lo que sigue. En este proceso de seguir con el proceso de la vida y disfrutarla al máximo, he aprendido a entender que existen situaciones que no puedo cambiar y por tanto debo expresar cada emoción, ya sea frustración, tristeza, amor o alegría. Sin embargo, una de las emociones que no nos gusta reconocer y experimentar es la tristeza, que –en mi caso- muchas veces se relaciona con la pérdida, ya sea de una persona, un bien o una ilusión, esperanza. Pero ¿cómo salir de este estado? Por ejemplo, cuando se pierde a una persona a causa de su fallecimiento, es importante que contar con el apoyo de especialistas en tanatología. Existen programas como el de Tiempo y Vida de Grupo Gayosso, en donde se ofrece información relevantes para llevar un proceso de duelo, lo menos doloroso posible. Sé que muchas veces nos negamos a aceptar que necesitamos ayuda y que nos vestimos con una armadura para mostrar fortaleza. Los especialistas indican que después de una pérdida de un ser querido, los familiares o allegados con un vínculo afectivo más estrecho se enfrentan a un proceso de adaptación a la pérdida, que en ocasiones impide pensar o actuar de forma objetiva. Y no me pueden negar que quienes hemos experimentado estas emociones, nos sentimos con un desgaste físico y mental del que tampoco sabemos cómo cortar de tajo. En mi experiencia es a través de las lágrimas que me desahogo y no he dudado en buscar ayuda de expertos en diversas ramas para aceptar, asimilar y sanar cualquier pérdida; así como en entender cualquier tipo de emoción que puedo tener ante otras situaciones que enfrento en cualquier ámbito de mi vida. Y en esta ocasión abordé este tema porque sanar el alma es bienestar para nuestra mente, cuerpo e impacta las relaciones de nuestro alrededor. En grupo Luz y Movimiento destaca algunos consejos con los que comulgo, y que espero les ayuden a ser más amorosos con ustedes mismos:
“Date permisos: Para estar mal, necesitado, vulnerable… Puedes pensar que es mejor no sentir el dolor, o evitarlo con distracciones y ocupaciones pero, al final, el dolor saldrá a la superficie. El momento de dolerte es ahora. Para sentir y expresar las emociones que surjan, no las pares. No te hagas el fuerte, no te guardes todo para ti, y con el tiempo, el dolor irá disminuyendo Para ser paciente contigo mismo. Para buscar y aceptar el apoyo de otros. Para descansar, para disfrutar, para divertirte, para sentirte bien, reír con los amigos, hacer bromas… Tienes todo el derecho.”
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