Por: GABRIELA MORENO VALLE BAUTISTA.

El 8 de marzo se conmemora El Día Internacional de las Mujeres (declarado oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas en 1975), en él se reivindica a todas las mujeres en la igualdad completa de derechos; en este 2020 hay poco que celebrar y mucho que reclamar.

Tenemos las mujeres ya reconocida una igualdad formal ante la norma, el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sostiene que: “La mujer y el hombre son iguales ante la ley”, desgraciadamente esa igualdad se queda en un papel y no se ve reflejada en el ámbito público, las mujeres somos, según estadísticas del INE el 52 por ciento de la lista nominal y no ocupamos la mitad de los cargos, ni en la iniciativa privada ni en los órganos de gobierno.

Aunado a ello México según datos de la revista Forbes, es uno de los 20 peores países para ser mujer, la A.C. “México Evalúa” sostiene que 6 millones de mujeres sufrieron algún delito sexual en 6 meses en 2019, que además 4 de cada 10 mujeres mayores de 18 años sufrieron algún tipo de violencia sexual; no hay datos certeros de cuántos feminicidios se cometen cada día en el país.

Cansadas de tanta violencia se ha convocado a todas las mujeres de México a un paro de labores para el próximo 9 de marzo bajo el lema: “El 9 ninguna se mueve”, este movimiento tiene como finalidad visibilizar nuestro trabajo diario mediante nuestra ausencia, ninguna mujer sirviendo, o enseñando o dirigiendo el tránsito, o vendiendo café, ninguna mujer gastando dinero, ni comprando nada, ninguna mujer en las calles.

Es necesario reeducarnos en materia de género, es una lucha que compete tantos a los hombres como a las mujeres, es una camino que debemos recorrer juntos, la formación de nuevas masculinidades (que ellos ingresen al ámbito privado, no como “ayuda”, sino tomando el rol que les corresponde) modificar los roles tradiciones de género a fin de finalmente se entienda que nuestros valor no es por ser “delicadas” o “bellas”; sino porque somos personas, personas que merecemos respeto, personas que tenemos derecho a caminar por los espacios públicos sin miedo, a desarrollar cualquier actividad sin ser violentadas.

Unámonos por una vida libre de violencia.