En estos momentos cientos de millones de personas se encuentran confinadas en sus casas esperando poder frenar el índice de contagios y poder vencer al Coronavirus. Personas que se han dado cuenta que han trabajado toda una vida para comprarse lujos que en este momento no pueden usar; el vestido de noche se queda colgado en el closet, el coche estacionado en el garaje y las joyas guardadas en el cajón.

En países como el nuestro, la mayoría de la población depende de su trabajo diario para poder subsistir, por lo que se vuelve económicamente inviable que se puedan confinar en sus casas por periodos prolongados. Mientras que otros ya fueron a las tiendas de abarrotes y compraron en exceso por el pánico que esta pandemia a generado.

Países como China, que adoptaron medidas draconianas, han logrado detener el índice de contagios en cuestión de meses. Después de China, el epicentro se volvió Europa. Todos vimos a los europeos advertir que no era un virus que solo estaba matando a gente mayor o a gente enferma como se pensaba, y que el mundo tenía que aprender de los errores cometidos por ellos para evitar que se repitiera la historia.

Ahora el país con más contagios es Estados Unidos, en donde más de 100,000 personas han contraído el virus. En México el índice de contagios es bajo, la cifra oficial no llega a mil casos, aunque muchos lo atribuyen a la falta de pruebas que se han hecho a los pacientes que presentan los síntomas de la enfermedad.

Las teorías de por qué empezó este brote de Coronavirus son muchas; un murciélago la contagió a un humano en el mercado de China, fue creado en un laboratorio, es el resultado de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, etc. Sea cual fuere el origen de este virus que provoca el Covid-19 las consecuencias, y principalmente el comportamiento de las personas es lo que hay que tomar en consideración.

Lo más importante ahora es crear consciencia en las personas para que tomen las medidas necesarias para evitar nuevos contagios y dejar de compartir noticias falsas que lo único que generan es pánico en la población y desabasto.

En las redes sociales se mal informó a la gente que una medicina podía curar el Covid-19 por lo que muchos salieron a la calle a comprar el medicamento sin tener la enfermedad. Ahora lo que es alarmante es que las personas con artritis o con lupus no tienen acceso a este medicamento. En días pasados se compartió también que un medicamento ocupado para el tratamiento del VIH podía servir, y sucedió lo mismo.

Es acá donde entra la reflexión. ¿Por qué comprar algo que no necesito, si haciéndolo se lo estoy quitando a alguien que sí lo necesita y que su vida depende de ello? Vivimos en una sociedad egocéntrica que la mayoría de las personas se preocupan por su propio bienestar y no por el del resto de las personas. Una persona que presenta síntomas que acude al hospital para ver si tiene el virus o no, está poniendo en riesgo a todas las personas que se encuentre en el camino al hospital, desde el chofer del taxi hasta la recepcionista de la sala de urgencias. Por eso la instrucción por parte de la Secretaría de Salud es muy simple. “Quédate en tu casa si presentas síntomas, llama por teléfono y solo acude al hospital si te falta el aire”

La mayoría de las personas que contraen la enfermedad no van a terminar en terapia intensiva, incluso algunas ni síntomas van a presentar. Pero son estas personas las que podrían contagiar a otras que quizás pierdan la vida por su egocentrismo de no haberse quedado en casa. Pensemos por el bien común, si tus actividades te lo permiten quédate en casa porque habrá muchos que no tienen esa opción y que no les quedará de otra más que arriesgarse en el día a día.

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