Carta enferma a un invitado sorpresa

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Querido K si algo me ha enseñado la vida es que hay momentos en los que no se puede hacer nada. Así nos tiene esta pandemia como sociedad civil, ¿no lo crees? Vivimos en un país, —si se le pueda llamar así—, ávido de respuestas y carente de herramientas para realizarlas.

Es un gusto saludarte nuevamente, después de un inicio de año que ya vislumbraba estos tiempos obscuros. Espero te encuentres bien y este encierro, confuso, no nos despoje aún más de la dosis de impulso vital y de reflexión que a mí me dio el libro que me recomendaste en Puebla, titulado: Viaje alrededor de mi cuarto de Xavier de Maistre.

El escritor francés, Honoré de Balzac, decía que los periódicos mienten y que los libros eran los únicos que siempre dicen la verdad. Me pregunto, qué pensará de estos años enfermos de información y carentes de veracidad. Considero que la pandemia nos dejará la siguiente lección: todo aquello que creemos importante es tan efímero como las ganas de estornudar.

Quizá sobrevaloramos nuestra supuesta libertad en una ciudad que la mayoría de las veces nos carcome por dentro y nos confina al aislamiento consensuado. La enfermedad nunca se ha ido, vive dentro de nosotros, pensaría Camus y, seguramente nos daremos cuenta cuando los dueños del mercado y la economía mundial encuentren la cura o la vacuna para salvar sus ganancias y, únicamente como consecuencia, a las personas.

Algunas de las cosas que voy a lamentar más de dejar un día esta vida serán renunciar a escuchar una bella pieza musical y privarme de leer una frase o fragmento de un libro que hacen de la existencia una caída por el precipicio sin dolor. ¿No hay un plan contra el coronavirus? La pregunta sería: ¿qué gobierno ha tenido un plan para algo más allá de sus próximas vacaciones?

La ciudad siempre está lejos y esa sensación de lejanía es inolvidable declaró Ricardo Piglia en alguna de sus conferencias. No cabe duda de que la lectura de libros como La Peste debería ser obligatoria para tratar de responder y entender la realidad virulenta actual.

En el marco del fragmento: "El modo más cómodo de conocer una ciudad es averiguar cómo se trabaja en ella, cómo se ama y cómo se muere", se pensó parte de la temática de la revista que fundamos en Puebla y como modo para finalizar el número nos surgió la inquietud de realizarte una breve entrevista, estimado K., tomando en cuenta la importancia de ésta en tu obra. Espero sea posible sopesar esta posibilidad y mandarte nuestras inquietudes en mi próximo correo. Este diálogo se publicaría en nuestra página web. Espero tu siempre amable respuesta.

Te mando un abrazo desinfectado.

 

 

 

 

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