Y el ganador es: ¡la tecnología de la información!

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Casi todas las medidas adoptadas en

 nombre de la seguridad tienden a dividir;

siembran la suspicacia mutua, separan

a la gente, […] y acaban por volver

 más solitarios a los solos

 

Zygmunt Bauman

 

Con este tiempo de parálisis y de restricciones en la movilidad de las personas (en algunos lugares voluntariamente y en otras poblaciones a la fuerza, con el uso, incluso, de la fuerza policial, y que se ha prolongado más de un mes) que ha sucedido en el mundo a causa de la pandemia, pareciera que dentro de los ganadores —pues, desafortunadamente, siempre existirán ganadores y perdedores— estará la tecnología de la información; ya que una de las experiencias que está dejando todo este tiempo es que ella resulta necesaria para mantenerse comunicado con el exterior, para contar con la posibilidad de trabajar o de estudiar; es decir, resulta necesario contar con equipos electrónicos e Internet. Finalmente, son los que permiten mantener vigentes a las personas en el trabajo o en el estudio. Por ello bien vale la pena averiguar si, en estos días, aumentaron las suscripciones para los servicios de Internet, así como la venta de celulares y equipos de cómputo.

Experiencias al respecto de estos sucesos han sido narradas por el profesor polaco Zygmunt Bauman (en Ceguera Moral, 2015), como que la industria farmacéutica en la década de los cincuenta del siglo pasado ya contaba con los ansiolíticos, medicamento de vanguardia, pero sin que hubiera todavía pacientes para esa enfermedad. Por ello es que el sociólogo sostiene que la fomentación de la enfermedad para tal cura se inició con la ayuda de los medios de comunicación.

Existen dos tecnologías que se han desarrollado en forma impresionante en los últimos tiempos: la biotecnología y la tecnología de la comunicación. Sin embargo, la capacidad de esta última, evidentemente, se encuentra sobrada respecto de las necesidades de la humanidad. Por ello, las propias compañías se han encargado de desarrollar una serie de necesidades, a pesar de que no sea requeridas en su momento; ellas las han fomentado a tal grado que, incluso, han cambiado los sistemas jurídicos. Tal fue el caso de hace algunos sexenios en el que una de las grandes compañías donó al gobierno mexicano computadoras para las escuelas oficiales o, bien, en materia fiscal, el hecho de que se han implementado todos los medios electrónicos posibles, como los son los actos administrativos electrónicos, las notificaciones por ese medio, esto es, el llamado buzón tributario, el envío de la contabilidad por medio electrónico, la presentación de las declaraciones y de los avisos ante la autoridad fiscal e, incluso, con la reforma fiscal de 2020, la facultad de la autoridad fiscal para hacer verificaciones de domicilio fiscal por dicho medio electrónico. Todo esto demuestra que existe una gran capacidad en esa tecnología de la información y de que se encuentra sobrada respecto de los requerimientos que tienen las personas.

Por su parte, algunos análisis de las universidades sostienen que en donde existe mayor deserción de estudios es los que se realizan por medios electrónicos, más que a la que se da presencialmente; lo cual demuestra que las personas aún no están habituadas a esos medios para poder realizar estudios o, en su caso, llevar a cabo reuniones, citas de negocios, etc.

Con lo sucedido en estos días de la pandemia, queda demostrando que en un futuro no muy lejano se sustituirán muchos de los estudios presenciales por los llevados a cabo por medios electrónicos. Lo mismo sucederá con muchos de las reuniones, los acuerdos comerciales y de negocios, que no requerirán más reuniones “presenciales”. Por lo pronto, las generaciones de estudiantes que hoy, por esta necesidad de estar aislados, deben tomar clases por medio remoto serán los profesionales que, en el futuro, no requerirán la movilidad que normalmente se necesita y harán, por ello, uso de estos medios tecnológicos. Medios que, viéndolos a la distancia, no aparentan muchas contrariedades. Sin embargo, en realidad, es lastimoso que, de esta pandemia, haya salido victoriosa la tecnología de la información, pues, en primer lugar, en el caso de la educación, llevarla a cabo por medio remoto dará como consecuencia que no exista mayormente la relación humana que se requiere en la educación; además, por el propio distanciamiento, la educación puede llegar a ser más operativa que reflexiva. Por lo cual, se conformaran nuevas generaciones sin capacidad crítica, lo que facilitará a los gobiernos y a las empresas el control de la población.

En el caso de la inmovilidad de los negocios para hacer reuniones, asambleas, juntas, etc., resolvería una de las grandes preocupaciones con que cuentan los gobiernos de los países centrales, esto es, el movimiento de personas; de lo que sí están de acuerdo es de los traslados de sus mercancías, pero no así respecto de la movilidad de las personas, pues les preocupa la migración proveniente de los países del sur del mundo hacia los países del norte. Pues bien, pareciera que muchos resultarán victoriosos, desafortunadamente, entre ellos, la tecnología de la información.

 

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, diario imparcial de Puebla.

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