Horizontes
En las calles de la Ciudad de México, la desesperación ha llevado a tianguistas a salir e instalarse más por necesidad que por gusto.
En las calles de la Ciudad de México se percibe cada día más movimiento, la desesperación ha llevado a tianguistas a salir e instalarse en diversas demarcaciones, porque de plano muchos ciudadanos viven al día, y más por necesidad que por gusto retoman la nueva normalidad. Lo anterior es un reflejo de la realidad, al cumplirse cien días de confirmación del primer caso de Covid-19 en México, el país se encuentra en máximo riesgo de transmisión. En los últimos 15 días ha incrementado casi 40 por ciento el número de activos de la enfermedad. Y aunque el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell, dijo que es mentira que se haya abierto la economía, lo cierto es que cada día se incrementa la movilidad en la ciudad, y se perciben más restaurantes y negocios que abren sus puertas. Alertó que "Nadie se confunda con una idea falsa e inadecuada. La República está en rojo, lo que indica el máximo riesgo de transmisión del virus. La cantidad de casos y hospitalizaciones va al alza". Advirtió que si las personas salen al espacio público, aumentará el número de encuentros y, por lo mismo los contagios. Lo cierto es que ayer el país registró 117 mil 103 casos confirmados y 45 mil 317 sospechosos. Hay 13 mil 699 decesos, y se mantienen como activos 19 mil 629 personas.
Y no se trata de que cunda el pánico, pero la ciudadanía si debe entender que la situación sigue crítica, amerita redoblar esfuerzos, y salir de casa lo indispensable. A pesar del cansancio, del encierro, de querer abrazar a familiares y amigos, de salir libremente a trabajar, asistir a la escuela, a un club, volver a la normalidad que conocimos, imposible! Hay prisa por retomar una vida ajena al covid, cuando habremos de aprender a convivir con el virus que permanecerá por algún tiempo entre nosotros. Ahora tenemos que las enfermedades síquicas son otra huella del Covid-19; de cara a una nueva normalidad, la salud mental no puede dejarse de lado. El confinamiento ha afectado por igual a niños, adolescentes, y adultos sin distinción de clases. Por lo que deberán incrementarse los recursos en servicios de salud mental. Y es que como en todo el orbe, los mexicanos estamos en total incertidumbre, nadie nos dijo que habría una pandemia generalizada, y que debíamos estar preparados para ello. Hay una población, los más afortunados, diría, que tomamos cuanto cuso se nos presenta en línea, desde ejercicios para realizar en casa, hasta cursos de cocina, pláticas de diversas materias como economía, psicología, historia, hasta familiares ó amigables reuniones a través de zoom u otras plataformas digitales. Sin embargo muchos son los mexicanos que han sufrido en pocos días la pérdida de un padre, una madre, un hijo o un hermano. Escenas dantescas que muestras el rostro de la tragedia para la que nadie está preparado, llegar con un familiar a un nosocomio y en ocasiones recibir cenizas a cambio del familiar. Fosas que se hacen en serie en panteones municipales, porque de plano los espacios ya no dan para más. En fin que el tema da para tratar los distintos aspectos de la pandemia, desde quienes lucran con el dolor ajeno, hasta la violencia intrafamiliar, la delincuencia que ya se da en nuestras calles y avenidas, hasta quienes la vamos sorteando con más amabilidad, resguardándonos en nuestros hogares. Ya llegará el día de retomar la vida con la nueva normalidad, recordemos que al mal tiempo, buena cara...
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de El Popular, diario imparcial de Puebla.
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