La Vecindad

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Junio 11, 2020

VECINAS, VECINOS, llegamos al fin de semana en el que todo se va a poner color de hormiga, porque por todas partes hay ánimos desbordados por reanudar actividades como se había dicho inicialmente, el 15 de junio, pero no vayan tan rápido, porque de correr se pueden tropezar…

Justamente es lo que le pasa a la industria automotriz, particularmente Volkswagen y Audi, que ya preparaban todo para la reapertura el próximo lunes, pero ayer el gobernador Miguel Barbosa alertó que no ve condiciones adecuadas, debido a que los contagios por el SARS-CoV-2 sigue, así como los decesos de Covid-19.

Hoy, por cierto, emitirá un decreto en el que dará detalles de nuevas acciones sobre este sector de la economía; y según cuentan, directivos de esas dos compañías esperan que les pidan doble de gel antibacterial, o triple de sanitizantes, pero que les dejen abrir.

No se sorprendan si la decisión es una o dos semanas más de cierre, o cuando menos, la aplicación de más medidas preventivas.

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Y LA misma ansiedad se vive en el sector comercial, donde ya no ven lo duro sino lo tupido porque a decir de los dirigentes empresariales como Juan José Ayala, las pérdidas son millonarias y en caso de permanecer con las cortinas abajo, implicaría un golpe todavía mayor para los comerciantes y sus trabajadores.

Claro que no luce tan fácil la situación y al igual que el sector automotriz, deberán esperar a conocer los lineamientos que establezca el gobierno estatal, porque la otra opción será abrir bajo su propia responsabilidad y arriesgarse a una clausura.

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POR CIERTO, que la deuda de Puebla es de 50 mil millones de pesos y todo esto gracias a las decisiones del gobierno del exgobernador Rafael Moreno Valle, que dejó empeñados a los poblanos con sus obras dos obras emblemáticas, el Museo Internacional del Barroco y el Centro Integral de Servicios.

Y a las lista por supuesto se le puede agregar el Tren Turístico Puebla-Cholula, la Estrella de Puebla, la plataforma de Audi, y en los hechos, hay que decirlo, no han redituado en beneficios para nadie, salvo para los contratistas que ejecutaron las obras.

El problema es que dejaron a la administración estatal con esos compromisos de los que difícilmente se puede deslindar, salvo que se prepare algún recurso legal bien elaborado, porque los contratos de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) y los Proyectos de Inversión (PI), amarraron las manos a todos…

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Vecinas, vecinos, nos leemos mañana.


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