Con distanciamiento social y político, eventos de AMLO

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Ha sido reiterativo por parte de los analista económicos y políticos que el presidente Andrés Manuel López Obrador, que su imagen y las preferencias a su persona han ido en caída mes con mes, siendo el desgaste del ejercicio del poder algo normal, pero en este caso se ha adjuntado el mal manejo de la pandemia del Covid-19 y se le unió la crisis financiera en la que ha caído el país, e incluso el desprestigio internacional y desconfianza de los inversionistas.

En el pico más alto de la emergencia sanitaria, AMLO ha decidido reiniciar sus giras por el país, con el consabido riesgo para todos: los miembros de su gabinete, los gobernadores, los invitados y la sociedad.

Pero lo que no han medido los operadores del Ejecutivo federal es que los eventos a los que está asistiendo tienen pocos, muy pocos asistentes; y su carisma, su cercanía con la gente queda de lado, lo que molesta a quienes lo buscan e intentan dialogar con él, o bien entregarle un documento.

Con poca asistencia y sin cercanía del presidente con el pueblo, sí hay distanciamiento social y político.

Hoy las comitivas del presidente a bordo de las suburbans blindadas, que ya no el Jetta blanco, son mal vistas por sus seguidores, que se enojan, le gritan, le piden que se baje, pero no los escucha.

Ayer mismo en Tlaxcala ,afirmó que no los atiende “por guardar la sana distancia”.

Sin embargo, en Veracruz padres de familia de personas que han sido víctimas, han desaparecido, médicos y enfermeras que quisieron manifestarse, no lograron acercarse al “otrora amoroso AMLO que repartía besos y abrazos”.

Hubo un momento de tensión, cuando le gritaron que mejor atendía a la “Mamá de El Chapo” que a sus seguidores.

Estos casos se han presentado y seguirán sucediendo en sus recorridos, lo que generará más enojo, más enfado, más malestar, más coraje, porque él les prometió que siempre estaría cerca del “pueblo bueno” y así no serán las cosas.

Además, el gobierno federal se encuentra entre la espada y pared por la situación económica y del Covid, este último en el pico más alto de contagios y muertes; y eso, quiéralo o no, le pegará, porque ahora no podrá regresar a las personas, a las empresas, a nadie a sus casas, porque ya no le creen.

El gobierno federal ya dejó en manos de los gobernadores el manejo de la crisis sanitaria, y muchos de los gobernadores les han “aventado la pelotita” a los ciudadanos.

¡Todos se lavarán las manos!

Lo más seguro es que las cifras de enfermos de Covid y víctimas aumente, pero no será por un rebrote, como han dicho López Obrador y López-Gatell, sino que los contagios serán cada vez más, porque es una rotunda mentira que se haya aplanado la curva, que domaron la pandemia. Eso es quererle ver la cara a la sociedad, que no es tonta y tarde que temprano se los cobrará.

El presidente Andrés Manuel López Obrador está urgido de ir a los estados, de andar de gira con metas totalmente electoreras o electorales.

Va a ir a decirle a la gente (la poca que asista y aprovechando a sus medios de información) que este gobierno atiende a los adultos mayores como nunca.

Que entrega becas a los niños, a las madres solteras y brinda apoyo a estudiantes. Es decir, “restregarles en la cara el dinero que les regala él, el líder de su partido, Morena, no el gobierno”, y mucho menos dirá que son de los impuestos de los millones de mexicanos que trabajan.

López Obrador está en abierta campaña porque no quiere perder la mayoría en la Cámara de Diputados, y se molesta con el Partido Acción Nacional y sus gobernadores, porque dice que son “politiqueros”.

Bueno, hasta el gobernador de Veracruz, el morenista Cuitlahuac García, acusó a sus homólogos del blanquiazul de “separatistas y golpistas”.

Lo cierto que todos los políticos, desde los partidos, desde los congresos, los ayuntamientos, los gobiernos estatales son politiqueros, porque se dedican a la política (buena o mala). Pero eso siempre ha existido y Andrés Manuel López Obrador ocupó todas las tribunas que podía o se le presentaban para criticar, para hacer política y hoy, como dicen los refranes de un pueblo sabio: “el que las hace no las consiente”.

Todos están metidos en la política, en la grilla de 1ª, 2ª, 3ª y hasta de cuarta.

El proceso electoral, que debiera arrancar a mediados de septiembre de este año, ya se adelantó.

Lo aceleró el propio presidente.

Claro que todos los actores políticos ya se subieron, cada uno a su propio tren, para ganar la carrera hacia el 1 de junio de 2021.

Lo que no ha previsto AMLO es que la pandemia del Covid y la mala economía de México lo pueden arrastrar.

Sin embargo, confía en recuperar lo que ha perdido en el último año, aunque México, hoy por hoy, quedó fuera de las 25 economías para la Inversión Extranjera Directa (IED) según AT Kearney, y eso debido a que no hay reglas claras del gobierno, pero sobre todo no existe la seguridad jurídica para los inversionistas del mundo.

 

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@Luiguiglez

 

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