Horizontes
La nueva realidad se impone y nos guste o no.
La nueva realidad se impone y nos guste o no, llegó para quedarse un buen rato a nivel global, la pandemia por Covid-19 no da tregua, y hay quienes estiman que habremos de convivir con ella por algunos años. Por lo pronto en la séptima semana en semáforo naranja, a partir de este lunes en la Ciudad de México reabrirán albercas, museos y cines, aunque con diversas medidas sanitarias. En el caso de las albercas el 11 de agosto retoman actividades y las medidas implementadas que no se puede compartir equipo como tablas, gorras, pinzas de nariz, goggles, flotadores y toallas, sin embargo gimnasios y áreas de pesas seguirán cerrados. Asimismo asistir a los museos que reabren el 11 de agosto, implicará el uso de cubrebocas al interior, y el aforo permitido es del 30 por ciento. Desde luego se debe usar el gel antibacterial y no habrá entrega de programas impresos ni volantes, además se pide a los usuarios no acudir en grupos grandes y respetar la sana distancia en filas al exterior y al interior del museo. Y al fin llega a partir del 12 de agosto la apertura de los cines el 12 de agosto, habrá una señalización de asientos que no pueden ocuparse para asegurar la sana distancia. Aunque hasta ahora ignoramos si estará permitido ingresar con palomitas, chuchulucos, y bebidas, a disfrutar una película como antaño, desde luego de arrumacos y romanticismo nada, por el bien de todos. Y a pesar de que México ha rebasado las 50 mil muertes por Covid-19, y de que la Ciudad de México es la entidad con el mayor número de muertes y contagios en el país, se reabrirán bares, cantinas y salones de fiesta en semáforo naranja. Lo anterior nos lleva a reflexionar que las cosas serán similares al mundo que conocimos, ¿qué va a ocurrir con la irresponsabilidad de los jóvenes y hasta de los adultos, que al excederse en tragos, terminarán abrazando a sus cuates, y hasta los nuevos amigos, y las parejas que no se han visto por el confinamiento, no se besarán luego de beber unas copitas? Es verdad que extrañamos la vida que conocimos, pero estamos en tiempos de pandemia, y se trata nos guste o no, de una cuestión de vida o muerte en el peor de los casos. Y es que so pretexto de que estos lugares podrán cambiar su giro a restaurantes, incumplen lo que desde un principio se estableció. Entendemos que esto responde a la reactivación económica, pero que el costo para las familias puede ser altísimo. Las medidas se relajan como ha pasado en otros países porque urge la reactivación económica, sin embargo lastimosamente luego han tenido que volver a cerrar antros y bares, porque los contagios se incrementan. En la actualidad se cumple el dicho de que "tiempos pasados fueron mejores", y pensar que no valoramos la tan ansiada libertad que formaba parte de nuestro actuar cotidiano, en fin que más nos vale seguir cuidándonos, porque está visto que a las autoridades les interesa más la reactivación económica, que proteger nuestra salud. Como inició este artículo, la nueva realidad se impone y nos guste o no...
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