¿Por qué «número de casos» y no «de personas»?

Resulta que desde el inicio de la pandemia, marzo de 2020, se empezaron a citar el número de personas contagiadas.

«La ambición, el egoísmo o la apatía

(al permitir gobiernos patológicamente

 incompetentes), nosotros mismos nos

hemos puesto en esta situación».

Noam Chomsky

 

Resulta que desde el inicio de la pandemia, marzo de 2020, se empezaron a citar el número de personas contagiadas. Pero en lugar de hablar de las personas, es decir, de los seres humanos, que son los que se contagian de esta enfermedad, se hace un conteo de «casos» de infección. Así, con el paso del tiempo (a cinco meses de esta pesadilla mundial), nos hemos acostumbrado a escuchar y mirar en las noticias que hay más y más casos, pero nunca se habla de las personas.

A cinco meses de esa enfermedad, al estar mencionando los casos, cada día reflejamos más lo que está sucediendo con la humanidad desde hace ya mucho tiempo: la indiferencia y la separación entre todos nosotros. Cada día, la humanidad se deshumaniza más. La muestra está en decir «casos de contagiados», «casos recuperados» o «casos fallecidos», pero nunca se dice «personas». Al respecto Noam Chomsky cita que: «Pese a que el coronavirus está modificando cómo nos relacionamos (si somos atentos), en realidad la era de la distancia social ya había empezado hace varios años debido al uso indiscriminado de la tecnología digital, particularmente entre las nuevas generaciones».

Efectivamente, con la tecnología —desde la creación de los propios teléfonos y la radio, pasando por otros desarrollos tecnológicos—, ha sucedido que la humanidad se va alejando de sus allegados y, entonces, se deshumaniza más. Basta con observar la TV, en la que siempre está a la orden una serie o película de guerra, muertes, etc., para saber que ha sido la forma como se ha ido educando hacia esa deshumanización que hoy se refleja con los denominados «casos».

Uno de los filósofos de vanguardia, Byung-Chul Han, menciona que la sociedad actual es la «sociedad del cansancio». Al respecto de la pandemia, dice que: «Digno de alarma es el hecho de que la tecnología digital y el "Estado Zoom" están cada vez mejor posicionados en la epidemia, ya sea para el estado de vigilancia biopolítica que se viene o simplemente para el continuo aislamiento convertido en mercancía». Es decir, estamos cada día más aislados. Por ello, la reacción actual, con el aislamiento, es de deshumanización y de lejanía de las personas con las otras personas. Así, decir «casos» y no «personas enfermas» se nos hace cada día más normal; es más, ayuda a esa deshumanización.

El propio filósofo español Fernando Savater es pesimista respecto del resultado de la pandemia, pues sentencia que: «No creo que vayamos a salir más fuertes ni más buenos. No. Vamos a salir más pobres, porque esto será un golpe muy grande para todos los países […]. Cuando acabe la pandemia y encontremos la vacuna, la gente volverá a lo mismo que éramos. Pestes y plagas ha habido muchísimas y la humanidad no ha dejado de ser lo que era».

Después de la segunda guerra mundial (cuyo fin está cumpliendo 75 años) y de todo lo que se vivió en ella con los genocidios causados, se puso de relieve en el mundo jurídico, sobre todo en Europa, el concepto de «dignidad humana», al grado de que la Constitución de Alemania, que es la denominada ley fundamental, habla del «respeto a la dignad humana». La academia, los libros, las cátedras dijeron que el cimiento de los derechos fundamentales es el respeto la dignidad humana; es decir, que la base de todos los derechos de las personas es respetar la dignidad humana de cada persona. Sin embargo, habría que preguntarse, entonces, por qué la tecnología, la ciencia, los medios de comunicación, las políticas públicas, las leyes, las propias constituciones de las naciones, cada día, se ensañan en disminuir el valor de cada una de las personas, al grado de que ya ni lo percibimos, es decir, ya no sabemos en qué momento se está violando la dignidad humana de cada uno de nosotros. Por ello, ahora se nos hace indiferente que se digan cosas como «casos de muertos, contagiados, recuperados» de esta pandemia provocada, en lugar de «personas», en lugar de «seres humanos». Pareciera que todos los genocidios y politicidios que han sucedido a lo largo de la historia de la humanidad de nada han servido para que se respete un poco más la dignidad humana de todos.


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