Las mentiras y medias verdades de la campaña de Trump en materia de migración

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Tomás Milton MUÑOZ


Agosto 31, 2020

La campaña del cuestionado empresario y ex integrante de la farándula Donald Trump para obtener la reelección en Estados Unidos es un ejemplo de propaganda política llena de mentiras y de verdades a medias, especialmente en materia de migración, y tras aceptar el pasado 27 de agosto la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, las declaraciones en contra de los migrantes y las referencias al muro fronterizo serán, una vez más, una constante, en especial si las encuestas lo siguen colocando detrás del candidato demócrata Joe Biden.

La semana pasada, como parte de su campaña, el equipo de Trump publicó un documento denominado “19 logros en inmigración” supuestamente alcanzados durante su administración y en el que de manera tramposa el candidato republicano asume como éxitos la construcción del muro fronterizo, el aumento de deportaciones, la toma de medidas para cerrar el programa DACA, la declaración de “emergencia nacional” para contener a migrantes, el asedio a las ciudades santuario, la salida de Estados Unidos de las negociaciones multilaterales de los pactos mundiales de migración y refugio y la “ayuda de México” para detener a migrantes.

La mayor parte de los logros no son tales, sin embargo, sí presenta algunos “éxitos” que al mismo tiempo han sido contraproducentes para la economía estadounidense, como la obsesión por dificultar a través de órdenes ejecutivas la expedición de visas H-1B, destinadas a personas altamente calificadas en áreas como el desarrollo de tecnología, bajo la lógica de “proteger los empleos de los estadounidenses”. Las medidas van en contra de los intereses de Silicon Valley y de la pujante industria tecnológica estadounidense, por lo que empresas como Facebook, Amazon y Apple buscan revertirlas.

Otro de sus “éxitos” ha sido reducir el número de refugiados que recibe Estados Unidos anualmente y obstaculizar el otorgamiento de asilo a miles de desplazados forzados luego de “torcer” leyes nacionales y desconocer compromisos internacionales de los que forma parte la Unión Americana, como el Protocolo sobre el Estatuto de Refugiados, pero antes de continuar con los “logros” del actual mandatario para hacer a “Estados Unidos grande otra vez”, se exponen a continuación los fracasos y la verdades a medias de quien se ha autodenominado como “el mejor presidente de la historia” de ese país.

En primer lugar, la meta de construir el “más grande y bello muro” de la historia es un fracaso rotundo. En lo que va de la administración se han construido a penas unos 50 kilómetros extra de la barrera y aunque Trump sostiene en sus mítines electorales que para diciembre próximo tendrá listos 724 kilómetros más, la realidad indica que hasta el momento sólo se han reparado 342 kilómetros de las vallas ya existentes en la frontera México-Estados Unidos (en total hay poco más de mil kilómetros de cercas, vallas y muros y antes de la llegada de Trump la extensión era de 950 kilómetros). Además, carece de los recursos por parte del Congreso para terminar una caja de cristal inútil para impedir el ingreso de migrantes en una frontera de 3 mil 185 kilómetros, sin contar que su exasesor Steve Bannon enfrenta un caso por malversación de fondos privados para construir el muro.

Respecto al presunto aumento de las deportaciones, la administración de Trump no se acerca a las realizadas por su antecesor, Barak Obama, quien se ganó el apodo de “deportador en jefe”. En el año fiscal 2019, el actual gobierno expulsó de Estados Unidos a 267 mil 258 personas, mientras que en la administración de Obama se llegaron a deportar más de 400 mil personas en promedio al año. Aunque vale la pena destacar, que en 2018 y 2019, México hizo el trabajo sucio de la Unión Americana e incrementó las capturas de migrantes indocumentados y las deportaciones. Sólo en 2019, con Andrés Manuel López Obrador como mandatario, nuestro país detuvo a 186 mil 750 migrantes y deportó a 123 mil.

Trump también presume que se buscó terminar con el programa DACA, creado por Obama para permitir un alivio migratorio a los jóvenes que habían llegado a Estados Unidos con sus padres de forma indocumentada y que les otorga por dos años un documento, sujeto a renovaciones, para estudiar y trabajar sin riesgo a ser expulsados. Desde 2017, el gobierno del otrora partícipe de programas de espectáculos intentó concluir con el programa, pero la Suprema Corte de Justicia avaló en junio pasado la existencia y vigencia del programa.

De igual forma presume el asedio a las denominadas ciudades santuario que no cooperan con las autoridades de migración federales para identificar, capturar y expulsar a migrantes irregulares, empero, siguen funcionando como tal más de 300 ciudades y sólo unas cuantas ha dejado de serlo, como Miami. También se debe añadir que los dos intentos de Trump en el Congreso por reformar las leyes de migración han fallado y su mandato se caracteriza por órdenes ejecutivas cuestionadas y violatorias a los derechos humanos.

En donde sí ha tenido éxito Trump es en la criminalización de los migrantes, en la separación de familias, en la deportación inmediata y sin juicios de indocumentados y de niños no acompañados, en incumplir con los compromisos internacionales, en extorsionar a países centroamericanos para firmar acuerdos que los obligan a retener a migrantes y desplazados que buscan llegar a Estados Unidos y en hacer que México “pague” su muro fronterizo virtual.

El gobierno de Enrique Peña Nieto se caracterizó por su servilismo a Donald Trump en materia migratoria y la administración de López Obrador, tras las amenazas de mayo de 2019 del inquilino de la Casa Blanca de imponer aranceles a los productos mexicanos si no se detenía el paso de la inmigración indocumentada, se ha convertido en un apéndice de la política migratoria de Washington.

México es el muro virtual de Donald Trump con el despliegue de 25 mil efectivos de la Guardia Nacional dedicados a perseguir hombres, mujeres y niños, en su mayoría centroamericanos. También es un centro masivo de detención y un “tercer país seguro” de facto, ya que Trump nos ha obligado a recibir a más de 60 mil personas que esperan en nuestro territorio a que se desahoguen sus solicitudes de asilo presentadas ante autoridades estadounidenses, a cambio de nada, sin apoyo económico o en especie para garantizar el bienestar y la seguridad de miles de personas que huyen de la violencia de sus Estados de origen en búsqueda del sueño americano. En eso, el supuesto “nuevo mejor amigo” de México sí ha sido exitoso.

 

 

La opinión expresada en este artículo es responsabilidad del autor y no refleja el punto de vista del Tecnológico de Monterrey.

 

* Doctor en Ciencias Políticas y Sociales. Profesor e investigador de tiempo completo adscrito al Centro de Relaciones Internacionales, director de la Revista de Relaciones de la UNAM y profesor de cátedra en el ITESM Puebla.

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