11 de septiembre: en la historia del mundo

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«El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse».

 

Salvador Allende

 

11 de septiembre de 1973

El mes de septiembre resulta emblemático para la historia del mundo. En primer término, para América Latina, pues una vez que, el 4 de septiembre de 1970, tomó posesión el primer gobierno de izquierda que había llegado al poder por medio de votaciones en nuestra región, es decir, democráticamente, y que correspondió al médico Salvador Allende Gosness en Chile, posteriormente, el 11 de septiembre de 1973, fue derrotado con un golpe de estado que permitió la dictadura de Pinochet por 27 años. Movimiento bélico auspiciado por la embajada de Estados Unidos de América y por el diario El Mercurio de Santiago de Chile; pues el gobierno «yanqui», después de lo sucedido en 1959 en Cuba, siempre ha vivido con el temor de que exista otro sistema similar en toda América Latina.

Por ello, normalmente, una vez que llegan gobiernos de izquierda en las naciones de nuestra región, aquel gobierno se las ingenia para tratar de desestabilizarlos y, con ello, obligarlos a salir del poder.

Basta con observar lo sucedido con Brasil en los tiempos de Lula da Silva o, bien, en Argentina con los Kirchner, así como en Bolivia con Evo Morales, y, recientemente, con Venezuela en sus relaciones con Estados Unidos de América. Por ello, dicho sea de paso, resulta ser una incógnita o «hay gato encerrado» que el presidente de Estados Unidos de América no se canse de glorificar al gobierno actual mexicano —que se dice de izquierda— por los logros obtenidos en el combate al narcotráfico o en detener la migración a aquel país, sobre todo, de la gran población centroamericana y de las caravanas, que se habían convertido en algo constante.

Otro hecho de alcance mundial fue el que se conoce como el atentado a las torres gemelas, también un 11 de septiembre, pero de 2001, es decir, hace 19 años. Un catastrófico atentado en Estados Unidos de América, que cambió el rumbo del mundo y no sólo de la región, pues, en primer lugar, sirvió para justificar los gobiernos actuales en las naciones. Es decir, ahora cualquier tipo de gobierno, sea de izquierda o de derecha (incluso ya no hay una clara distinción entre ellas), justifica ante sus poblaciones, con el pretexto de cuidar la integridad de cada uno de los ciudadanos, poner por encima de los derechos de libertad o de los derechos sociales al supuesto cuidado a la integridad de los ciudadanos, debido al mundo que nos está tocando vivir, en donde se subsiste bajo la denominada «sociedad del riesgo», a decir del profesor alemán Ulrich Beck.

Por ello, la integridad de cualquier persona está en juego, tanto por los actos terroristas, por las bombas nucleares, por la delincuencia organizada, como por el del lavado de dinero (que es a escala mundial y, por ello, el delito de mayor riesgo en el mundo), el cual, permanentemente, hay que combatir.

Así, se han organizado toda una serie de esquemas de vigilancia sobre la población, particularmente, sobre su actividad económica. De esta forma, se vive en un mundo vigilante de cada persona y, sobre todo, en un Estado denominado «panóptico», debido a que su función primordial es la de «vigilar y castigar» a los ciudadanos, en palabras de Michel Foucault.

Es más, el gobierno de los Estados Unidos de América y sus aliados han puesto en la mesa, de nuevo, las guerras o invasiones de defensa. Con la excusa de evitar el «riesgo inminente» de ser afectados por actos terroristas en sus propios territorios, el ejército y el gobierno de aquel país, junto con las naciones socias, se atreven a invadir naciones, acabar con poblaciones enteras y asesinarlas por sistemas inteligentes, como es el caso de los drones operados a miles de kilómetros de donde están causando las muertes.

Hay que recordar que esas guerras e invasiones de defensa ya estaban sucediendo desde los tiempos de Ronald Reagan y —se recordara— a la población de EE. UU. se le hablaba de los riesgos que corría esa nación, la más potente del mundo, con las «peligrosas» naciones de Panamá, Nicaragua o la isla de Granada. Sin lugar a duda, el 11 de septiembre ha cambiado a la humanidad.

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