El saxofón sonó más que su voz

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Juliana VIVAR VERA


Septiembre 19, 2020

Por: María José Gutiérrez, Jesús Pineda y Juliana Vivar


A un año de quedar transformada su piel por el ácido sulfúrico, Malena sigue esperando justicia.

 

María Elena Ríos, una exitosa saxofonista originaria de Santo Domingo Tonalá, Oaxaca fue atacada el 9 de septiembre de 2019 con ácido, en el momento en que un sujeto ingresó a la agencia de viajes de la que es propietaria y vertió ácido en su rostro y cuerpo. La ayuda fue lenta, primero a su persona, pues el hospital para la atención de emergencia, dijo no contar con camas para recibirla. Fue hasta tres meses después trasladada a un hospital especializado de la Ciudad de México para intentar recuperar un poco, lo que era su rostro antes del ácido, sin embargo, con poco éxito. Segundo, la espera de justicia, que, entre otras actuaciones omisas, de las 5 órdenes de aprehensión dictadas, aún la justicia selectiva se hace presente, una de ellas fue obligada por la suspensión del amparo concedido para no ser detenido, el probable responsable del delito como autor intelectual, el exdiputado Juan Antonio Vera Carrizal, por no pagar la garantía ni comparecer ante el juez; pero su hermano contra el que también se dictó una orden de aprehensión, aún está prófugo. Mientras tanto, ella sigue esperando la reparación integral del daño, puesto en ley pero invisible en la realidad.

No fue solo el delito consumado, sino que tiempo atrás, ya el exdiputado la violentaba, pero la prevención de la consumación de la conducta que cambió su vida, no llegó, como no llega a muchas mujeres que padecen este tipo de violencias. El estado decidió no escuchar la voz de la víctima, quien suplicó por ayuda para recuperar lo poco que quedaba de su rostro. La gran ironía es que en nuestro ordenamiento jurídico existe múltiple legislación como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley General de Víctimas, y un Protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexual, por mencionar algunos, todas en pro de la mujer para que dejen de ser sujetas de violencias, pero desgraciadamente, no son efectivas, aun se logra ver la impunidad e injusticia y el desamparo a la víctima.

El tema implica por supuesto, el manejo incorrecto por parte de las autoridades, desde la investigación no diferenciada por tratarse de una víctima mujer y por tanto que deba realizarse con perspectiva de género, hasta la justificación en la clasificación jurídica en la línea delgada que tienen las lesiones calificadas y la tentativa de feminicidio, donde justo la intencionalidad del resultado dañoso, hace la diferencia.

Pero es más sencillo para la autoridad atender a la influencia política que ejerce la calidad del sujeto activo para desprenderse de su obligación, donde solo se ve reflejada impunidad por un proceso lento amparado por la protección legal de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de Oaxaca, donde el proceso de declaración de procedencia hace burocrática la imputación de la responsabilidad penal.

Mientras tanto, Malena con dolor físico y emocional actualmente narra su historia, toca su saxofón y espera justicia.

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