Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Octubre 12, 2020

La estatua de Cristóbal Colón fue retirada de paseo de la Reforma para su restauración; sin embargo la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, llamó a reflexionar acerca de su permanencia en la glorieta con el mismo nombre, y sobre "esta visión que todos aprendimos del descubrimiento de América, como si América no existiera antes de que llegara Colón, dijo.

El 11 de mayo de 1499 nuestro continente, pasó a llamarse "América" en honor a Américo Vespucio, quien se percató de que las tierras descubiertas por Cristóbal Colón no pertenecían a India.

La figura del Colón señala al horizonte (hacia el centro de la ciudad), bajo sus pies y a los lados de su pedestal de cantera, se encuentran las estatuas de fray Pedro de Gante, Bartolomé de las Casas, fray Juan Pérez de Marchena, y fray Diego de Deza, así como unos relieves en los costados del pedestal. Este monumento fue diseñado por el francés Charles Cordier, y son obras de arte que desde luego aplaudimos su restauración, y no se deben menospreciar.

Grupos activistas habían convocado a una protesta denominada "Lo Vamos a derribar" para el próximo lunes 12 de octubre, fecha en la que se recuerda la llegada de Colón a América, en 1492, y que en México se conmemora como Día de la Raza.

Indigna que por ignorancia, individuos se dediquen a destruir, a delinquir, y qué se puede esperar de ellos, que si no valoran nuestra Ciudad y nuestro historia, es demasiado pedir valoren una obra de arte, que desde luego debe permanecer en Paseo de la Reforma.

La glorieta de Cristóbal Colón, que ya había sufrido daños en 1992, fue el primer monumento instalado en la avenida Reforma en 1877.

El monumento a Colón debe permanecer en si sitio, más aún cuando México conmemorará en 2021 el bicentenario de la consumación de su independencia (1821), los 500 años de la derrota del imperio azteca a manos de Hernán Cortés (1521), y 700 años de la fundación de México Tenochtitlán (actual Ciudad de México).

Es verdad que lo que ocurrió en la conquista de América, no fue distinto a lo que ocurrió en la historia de la humanidad. Con ello, si la solución fuera demoler monumentos, podríamos decir adiós a la Capilla Sixtina, La Meca, a monumentos de todos los reyes, los emperadores y guerreros de todos los tiempos.

Cierto es que cualquier posible deuda o reclamo entre el Viejo y el Nuevo Continente están saldados y olvidados.

 

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