El ser mujer sale caro

  • URL copiada al portapapeles

El pasado 21 de octubre, 179 diputados y diputadas de la fracción parlamentaria de MORENA, 38 del PT Y 1 del PES en la Cámara alta, rechazaron quitar el 16% de IVA a artículos de higiene femenina.

¿Pues no que para la 4t, “primero los pobres”?

Se me olvidaba un pequeño, los productos de higiene femenina recaudan 2000 millones de pesos por el 16% de IVA, con razón no quieren dejar ir tan cuantiosa cantidad para seguir regalándolo a los más necesitados, pero de otros países…

Esta negativa solo demuestra muchas realidades, la poca empatía hacia las mujeres, ya que pareciera ser un lujo ser mujer al gastar en productos de higiene, y sobre todo la poca perspectiva de género en la aprobación de leyes y reformas.

Así mismo, este hecho refuerza la desigualdad que las mujeres vivimos en México, peor aún, en aquellas mujeres en situación de calle donde tienen que decidir en gastar lo poco que tienen para protegerse en aquellos días difíciles o tener para comer.

Se estima que en promedio una mujer en su vida reproductiva (alrededor de 33 años) gasta alrededor de $23 mil pesos en productos para la menstruación.

Entre esos productos de higiene femenina, se encuentran tampones, toallas femeninas de diferentes tamaños, texturas y usos, sin contar los medicamentos que ayudan a pasar menos dolores y complicaciones.

A esos 23 mil no se les suma las consultas con especialistas que actualmente oscilan entre 800 y $2500 pesos, además de los estudios y tratamientos como el papanicolaou, el ultrasonido, mastografía entre otros.

Sin embargo, ¿todas las mujeres tendrán esas mismas oportunidades de tener servicio médico?

De acuerdo a datos de Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), se estima que la crisis económica en nuestro país se verá recrudecida al pasar de 52.4 millones de a 62.2 millones de pobres. Esto generará mayor desigualdad de oportunidades en los mexicanos, y más aún en las mexicanas, aquí un ejemplo:

Adriana y Miguel son esposos que rentan un cuarto en una colonia alejada de la ciudad de Puebla. La esperanza y las ilusiones pronto se desaparecieron de su primer año de casado ya que Miguel perdió su empleo por recorte de personal debido al cierre de la empresa por COVID-19.

Adriana no trabaja por acuerdo de ambos; sin embargo, ahora se ve en la necesidad de buscar empleo al mismo tiempo que Miguel, quien un compadre lo contrató de cargador en la central de abastos mientras encuentra algo mejor.

Lo poco que gana Miguel entre lo que le quieran dar por cargar y los cinco pesos o menos de propina se lo da a Adriana, quien tendrá que “hacer milagros” para estirar el dinero y pagar la renta del cuarto, comprar el gas, pagar la luz, y comprar para comer.

Un día Adriana llora desconsolada ya que no le alcanzó para comprarse toallas femeninas flujo abundante y encima aguantar el dolor; sino le alcanzó para comprar toallas porque ya se pasaba de su presupuesto, ni hablar de comprar un syncol para medio soportar los dolores.

Y así la realidad de muchas mujeres, pobres, marginadas, en situación de calle que difícilmente tienen para comprar dichos productos. Algunas mujeres viven en la calle, algunas viven en cuartos compartidos con más familias o amigos en la misma situación, otras solo están expensas a lo que el marido les quiera dar, al mero estilo de la “Bartola” de Chava Flores, otras ven casi imposible ir a ver un médico especialista.

Este tema seguirá pendiente ya que demuestra, como bien lo comenté, la desigualdad, las diferentes realidades que nos enfrentamos las mujeres y la poca o nula perspectiva de género en las leyes e iniciativas que promueven o realizan nuestros “representantes”, aquellos que solo están demostrando que no velan por lo intereses que realmente nos afectan y que solo obedecen a interés propios y de su partido.

Y así, muchas mujeres seguirán sufriendo y decidiendo entre comprar un kilo de tortillas con sardinas o un paquete de toallas femeninas, mientras nuestros diputados de la 4T se dignan a voltear a ver todas las realidades de las mujeres mexicanas; así que como dicen en mi pueblo, “hazme el chingado favor”.

 

  • URL copiada al portapapeles