La importancia de conmemorar el día de la no violencia, sus enseñanzas y como aplicarlas a la vida diaria

  • URL copiada al portapapeles

De manera constante escuchamos diferentes campañas que promueven la No Violencia a la mujer y en nuestros centros de trabajo o escuelas, los día 25 de cada mes, se nos pide portar una prenda o un moño de color naranja.

Sin embargo, hay acciones que las hacemos o repetimos sin conocer el origen del mismo, y en este caso es saber por qué el día 25 y por qué el color naranja.

Su origen se remonta al asesinato de las tres hermanas Mirabal en la República Dominicana quienes se oponían a la dictadura en su país.

Por lo que 39 años después de su muerta. La ONU designa este día para honrar su memoria y como constante recordatorio de las acciones que se deberán efectuar contra la Violencia.

El significado del uso del color naranja es debido a que representa un futuro brillante y optimista, libre de una vida sin violencia contra las mujeres y las niñas. Por lo que al portar este color, se pretende unirse y hacer conciencia para evitar esta mala acción o comportamiento.

Esta lucha por las hermanas Mirabal y por más mujeres que durante décadas han luchado por detener y erradicar la violencia, nos invita a reflexionar y concientizar; es decir, hacer propio nuestra propia lucha, de ahí la importancia de no seguir propiciando la violencia en nuestro entorno.

El portar el color naranja o conmemorar el día 25, no se debe tomar como obligación o por costumbre, sino como una verdadera reflexión y entendimiento de lo que estamos viviendo como sociedad en la actualidad y que es necesario frenar definitivamente a la violencia.

Siempre se cuestiona el por qué solo de defienden los derechos de la mujer cuando el hombre también sufre de violencia. Si bien es cierto, que existen hombres que sufren algún tipo de violencia por parte de sus parejas, en sus propias familias o en el entorno laboral; las estadísticas alarmantemente demuestran que las mujeres siguen siendo violentadas; en nuestro país 6 de cada 10 mujeres han enfrentado un incidente de violencia en alguna etapa de su vida; 41% han sufrido violencia sexual y desafortunadamente 9 mujeres son asesinadas de manera diaria.

Por lo tanto, y a pesar de que es obligación del Estado velar y cuidarnos, como sociedad debemos unirnos y trabajar de manera coordinada y en conjunción, para proponer y realizar acciones concretas que detengan la violencia que en muchos casos desgraciadamente, resulta en feminicidios.

Y si hablamos de igualdad de derechos y oportunidades, los hombres también deberán ser protegidos y cuidados por la sociedad y el Estado; sin embargo, la realidad que estamos viviendo en Puebla parece lo contrario. La semana anterior, Aldo Padilla de 18 años fue asesinado por intento de asalto.

Fue apuñalado afuera de la iglesia de Volcanes, donde el día viernes 20 de noviembre, vecinos, amigos, compañeras y familiares se reunieron clamando justicia, donde se percibía un ambiente de tristeza y dolor por la pérdida de un alumno destacado, con muchos sueños y esperanzas y que por un celular y una cartera sin dinero fue privado de su vida y de la vida de sus papás y familiares, ya que perderlo de esa manera no puede describirse el dolor, ni la impotencia que sienten.

Entonces, ¿cómo aplicar la reflexión de la no violencia a nuestras vidas?

Educando a las generaciones venideras; amándonos en familia; evitando toda acción violenta que pueda ser repetida o replicada; estando al pendiente de nuestros hijos, de su entorno, de sus amigos y teniendo una constante comunicación con ellos, poniendo un límite ante el maltrato por mínima que parezca, haciendo alianzas de mujeres para apoyar a las que más lo necesitan; fortalecer los valores y sobre todo, unirnos como sociedad para exigir nuestro bienestar y que se creen las condiciones adecuadas para que nos sintamos libres de caminar y vivir en nuestra querida Puebla.

 

  • URL copiada al portapapeles