El papel de la literatura como arte

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Invitada


Noviembre 26, 2020

*Por: María de Guadalupe Loppolo González

 

Desde sus inicios, la escritura ha tenido una intención fundamental: comunicar; sin embargo, la finalidad de la literatura va mucho más allá, pues busca tocar las fibras más sensibles del lector, transportándolo a realidades distintas a la propia. Siguiendo esta premisa, ¿podemos considerar arte a la literatura? La respuesta se basa principalmente en seis aspectos fundamentales.

 

El primero, es que, como toda obra artística, los textos literarios transmiten ideas y emociones al espectador. Cuando tomamos un libro, las primeras páginas son fundamentales para mantenernos interesados en continuar la lectura, pues dentro de la gama de posibilidades de gustos que existe en el público, el autor debe saber cómo atrapar al lector a través de la narrativa y la descripción. Si desde el principio el texto carece de emoción, es probable que la semilla de la intriga no florezca y se cierre el libro sin concluirlo. Pues bien, podemos resumir la fórmula en narrar ideas que sean atractivas para el lector combinada con la manera de expresarlas.

 

El segundo aspecto, que va bastante relacionado con el primero, consiste en colocar elementos armónicos que creen una experiencia estética. Con esto me refiero a que la estructura que se elige para desarrollar la historia debe ir construyendo un camino que motive al lector a llegar al desenlace disfrutando cada paso en el trayecto.

 

El tercer punto tiene que ver con el concepto que tenemos de belleza y la subjetividad para apreciar aquello que fue escrito empleando un lenguaje literario lleno de imágenes y alegorías. Considerar bella a una obra no quiere decir que tenga un final feliz o que se mantenga constantemente en un punto altamente dramático, sino que todas las piezas del rompecabezas que conforman la trama en nuestra mente embonan perfectamente. A ello, hay que sumarle que cada lector tiene su propio contexto y con base en ello, apreciará la obra.

 

El cuarto elemento, es uno de los más importantes como comunidad, pues cualquier obra de arte es un fenómeno social. En literatura se nos revela a través de los ojos y la pluma del escritor, pues es por medio de sus palabras como podemos tener una idea de las diversas dinámicas que rigen un contexto geográfico y temporal.

 

El quinto ingrediente va de la mano con el cuarto, ya que el autor tiene el anhelo de permanecer en los demás. Trascender es algo que buscamos la mayoría de las personas, ya sea dejando marca en algunas personas o en muchas, pero queremos ser recordados. Es interesante cómo en algunos casos, es más mencionada la obra que el escritor, y en otros es al revés. En una historia bien contada, muchas veces se difumina la figura del autor, pero vuelve a nuestra memoria cuando queremos saber qué pasó con los personajes más allá del desenlace, o si existe alguna historia que se le parezca o nos mantenga igual de entretenidos.

 

Por último, el sexto componente hace referencia a las diversas corrientes en las que se ha dividido la literatura a lo largo de la historia. Las épocas en las que podemos clasificar los textos son aquellos periodos en los cuales el contexto de producción afecta de manera similar las obras artísticas, teniendo elementos constantes, pero sin dejar de lado el estilo propio de cada autor. De manera general, logramos hacer una división cronológica en 4 periodos: literatura antigua, medieval, moderna y contemporánea; sin embargo, cada una de estas etapas abarca varios siglos, por lo que la evolución de la literatura y su pluralidad nos ofrece una amplia serie de opciones para satisfacer todos los gustos y, sobre todo, nos refleja el concepto de belleza a través de múltiples miradas y estilos.

 

Si sumamos todas las partes, comprendemos que la literatura es un arte que proporciona una experiencia a la imaginación, toca sentimientos e invita a la reflexión de la realidad en la que nos situamos, misma que en muchas ocasiones supera a la ficción. El libro, en cualquiera de sus soportes, es el resultado de un largo proceso creativo que cuando llega a las manos del lector, puede ser la clave para generar un cambio trascendente en él.

 

 

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Sus comentarios son bienvenidos.

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