Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Noviembre 30, 2020

Diciembre antaño era mes de fiesta y algarabía, los mexicanos de todos los niveles socioeconómicos celebrábamos de una u otra forma a partir del día doce, Día de la Virgen de Guadalupe, seguido por las posadas y reuniones, hasta la Navidad y el Año Nuevo.

Este año la situación es diferente, los árboles de navidad no se encuentran fácilmente, los adornos, las nochebuenas andan por las nubes, y ni qué decir de las tiendas de autoservicio que incrementas sus precios cada semana. A diferencia las Plazas Comerciales ofrecen cantidad de ofertas, porque las ventas por un lado con el Covid se han desplomado, y por otro, lo de hoy, es comprar en línea y permanecer en casa.

Qué distintas serán las celebraciones éste año, ya se anunció que la Basílica de Guadalupe permanecerá cerrada para impedir el acceso a los peregrinos, que procedentes de distintas partes arriban a dar gracias, ó suplicar auxilio a nuestra madre, la Morenita del Tepeyac.

Por otra parte los vendedores en los mercados ofertan al precio de otros años sus productos, las piñatas, las coronas de adviento, las velas, y los frutos que se requieren para saborear un delicioso ponche, y calentar nuestra alma, habrán de disminuir su consumo, porque de plano el bolsillo de los mexicanos está sumamente mermado.

Éste año, a pesar del Covid-19, de tantos corazones apachurrados por el dolor de haber perdido a uno o más seres queridos por la pandemia, a pesar de que los hospitales están repletos de pacientes porque el Covid ha repuntado; los mexicanos habremos de celebrar valorando las bendiciones con que contamos, celebraremos el gozo de contar con salud, el amor de la familia y el cariño de los amigos.

Habremos de dar gracias por todo quienes hicieron mejor nuestro año, porque quienes tuvimos la fortuna de tomar vacaciones, disfrutamos el gozo de vivir, compartir la amistad, y recordar las aventuras de nuestras mocedades.

En fin hoy nos toca animar a quienes lo requieran, dar afecto y ser luz para el mundo y para nuestros seres queridos, que no decaiga el ánimo, que seguro habrán de llegar tiempos mejores, mientras tanto debemos hacer unas cálidas y bendecidas celebraciones decembrinas, cada quién conforme a sus posibilidades. ¡Arriba Corazones! 



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