Unidad y trabajo en común en el partido Acción Nacional

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Todas las elecciones son importantes; no sólo porque vivimos una democracia y estamos obligados a votar por aquellos que nos representan, sino porque además en cada elección tenemos la oportunidad de decidir el rumbo que tomará nuestro país de acuerdo a la ideología que se encabezará.

Los tiempos de elecciones son distintos al igual que las circunstancias mundiales, nacionales y locales; en esta no es la excepción

Desafortunadamente México se encuentra polarizado, si bien es cierto que muchos mexicanos se han decepcionado del actual gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador, las preferencias aún siguen arriba del 60 por ciento.

En las pasadas elecciones en los estados de Coahuila solo un 39 por ciento de la población salió a votar; mientras que en Hidalgo solo un 48 por ciento participó. El resultado en ambos estados favoreció al PRI, quien, de ser la tercera fuerza política en el país, se convirtió en la primera opción en ambos estados, desplazando a la principal, Morena, y al PAN que en la mayoría de los municipios había gobernado.

Estos resultados son un constante recordatorio a las diferentes fuerzas políticas a no confiarse; los votantes están decepcionados, aunado a la falta de conocimiento de la función de los gobernantes y diputados.

En Puebla la situación no varía mucho. Las y los poblanos nos encontramos enojados y frustrados por los escasos o nulos resultados del gobierno estatal y municipal.

En el caso de Puebla capital las cosas no han mejorado, por el contrario, se le ha dado una preferencia desmedida al ambulantaje; parques y jardines se encuentran abandonados, el problema del bacheo se ha incrementado, no se han realizado obras ni acciones concretas en juntas auxiliares como así lo proponían.

Ha habido subejercicio de hasta 3 mil 500 millones de pesos sin que haya una definición clara en lo que se ha gastado el presupuesto anual y en lo que se va utilizar el restante.

En el año 2011, Puebla se transformó drásticamente, atrayendo a inversionistas nacionales y extranjeros, con obras e iniciativas que beneficiaron a muchos locales ya que se generaron empleos y la derrama económica fue mayor.

Sin embargo, nada de esto parece ya existir, solo se ha demostrado ineptitud y arrogancia ya que en dos años, Puebla de ser la cuarta ciudad más importante se convirtió en una ciudad de cuarta con gobernantes de igual manera.

Es por ello que los dirigentes del PAN local; así como nosotros, sus militantes, tenemos una oportunidad excepcional. Si vamos unidos y fortalecidos, las y los poblanos volverán a confiar y a recordar en los buenos gobiernos, en aquellos que si tienen una planeación y proyección.

De igual manera, dicha unión se verá reflejada en recuperar la mayoría en la cámara alta y en la local, ya que realmente las y los diputados deciden el presupuesto asignado y las leyes que nos protegen o nos dejan más desfavorecidos.

Y es que en los últimos años, con la justificación de erradicar aquellas viejas acciones de corrupción, han desaparecido por ejemplo el FONDEN que era el fondo de desastres naturales y que con la poca eficiencia con la que se ha tratado las inundaciones en Chiapas y Tabasco, se ha demostrado la importancia de tal fideicomiso. Otro caso grave fue la cancelación del programa de Estancias infantiles que afectó a miles de madres y padres que utilizaban el servicio, y pérdida de hasta 50 mil empleos.

Es por ello, como partido, deberemos reconsiderar los planteamientos y las propuestas reales y acorde a la nueva realidad política, económica y social que estamos viviendo, sobre todo en nuestra ciudad cuyas brechas y desigualdades se han hecho más evidentes por el poco trabajo realizado y por la nula preocupación y empatía que han demostrado para las y los ciudadanos.

Recuperemos nuestra ciudad y nuestra esencia panista, nuestra mística y nuestra total entrega a quien nos debemos.

Las y los panistas nos caracterizamos por nuestra entrega y disposición, que sin importar que haya sido el candidato por el cual no votamos, siempre lo apoyamos incondicionalmente.

Recuperemos ese trabajo de tierra, de mover almas, de sentirnos apasionados defendiendo y siendo congruentes con nuestros principios y valores. Dejemos a un lado nuestras diferencias y establezcamos un dialogo maduro y humilde que nos permita participar a todos y enriquecernos en la construcción de plataformas y propuestas que beneficien a la ciudad.

“Solo podremos cambiar para bien y ser factor de cambio si sabemos quiénes somos, que somos y que queremos”. Luis H. Álvarez 

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