Marissa Garrido, telenovelas para “romper el hielo”
Hablar de Marissa Garrido es remontarnos a la historia de la telenovela y, en buena medida, a la de la televisión mexicana.
El 8 de enero de 2020, quedó confirmado: Marissa Garrido había fallecido a la edad de 84 años. La autora de distintas radionovelas y telenovelas: “Lo que callamos las mujeres”, “La Leona”, “Barata de Primavera”; que transitó de la década del 40 del siglo XX, a la primera década de este siglo XXI, partió de este mundo, dejando su propio legado. ¿Recuerda las telenovelas?
Hablar de Marissa Garrido es remontarnos a la historia de la telenovela y, en buena medida, a la de la televisión mexicana; pues junto con Caridad Bravo Adams, Mimí Bechelani, Inés Rodena y Fernanda Villeli, creó un nuevo género de éxito mundial.
Para Garrido, todo comienza en la radio, cuando en 1949, escribe su primera radionovela, “Lo que callamos las mujeres”, introduciéndose en una categoría que sería, en sus orígenes, dominada por mujeres.
Despues pasa a la televisión. En 1959, crea su primera telenovela, “La Leona”, que le habría de asegurar un lugar privilegiado en el gusto del público, ya que se refería a una mujer casada, seducida por un vividor, quien la abandona; provocándole un constante deseo de venganza.
Para la década de los 70, 80 y 90 del siglo pasado, la telenovela es el principal producto televisivo de exportanción. Abarcó el mercado estadounidense y sudamericano, se extendió a España, Italia, Polonia, Turquía, Israel, China, Japón, la antigua Unión Soviética (URSS) y a varios paises de África. Lo que permtió que México, sus paisajes y sus artistas fueran conocidos mas allá de sus fronteras.
Por otra parte, mientras para algunos, la telenovela representa una especie de anestésico mental, para Marissa Garrido hacerlas fue motivo de:
«…Una gran satisfacción de haber hecho pasar a la gente, al público que nos veía, un rato amable, dentro de las cosas tremendas que uno tiene en la vida. Un rato de esparcimiento, de diversión…», según declaró en la entrevista “60 años de telenovela”, publicada por “Momentos de Telenovela”, el 8 de julio de 2018, en YouTube.
Es decir, no se trataba de obnubilar el pensamiento de nadie, sino simplemente de entretener.
Como quiera que sea, no puede negarse su capacidad para hacer coincidir a la gente y a las familias en una hora determinada, o para calcular el tiempo; incluso, se le consideraba un tema apropiado para “romper el hielo”.
Por otra parte, en estos melodramas, donde las situaciones son excesivas y los personajes tienen poca profundidad psicológica, todo cae en lo malo o lo bueno, sin posibilidades de contradicciones que matizen el drama.
A pesar de ello, Garrido contaba historias de ficción que, ante los ojos del espectador, aparentaban ser veraces. Pues hablaba de las vidas de los personajes, de sus actitudes y, a veces, de los problemas sociales.
Ahora bien, aunque la telenovela no se escribe a la manera de un dramaturgo, y tampoco es exactamente un guion de televisión, no se puede rebatir el hecho de que Marissa Garrido usaba recursos de ambos.
Por ejemplo, para construir sus personajes e inventar historias, en “Entrevista con Marissa Garrido”, publicada en YouTube, el 14 de diciembre de 2020, por “AudioMovie”, afirmó:
«… Yo para lo que estudié, fue para pianista. Entré al conservatorio a los 16 años, me recibí. Después trabajé en salubridad y tuve que hacer la carrera de trabajadora social. Como trabajadora social tuve infinitas vivencias en las ciudades perdidas, pude ver cómo es la gente, lo que quiere, cómo lo quiere. Todo esto mientras trabajaba en radio…»
Agregó:
«… La imaginación es lo que te da todo… Se necesita tener mucha imaginación y bastante oficio, y muchas ganas de triunfar y de hacer y de intentar y de trabajar y de no declararse incapaces nunca… Yo veo mucho a la gente, porque como trabajadora social veía mucho a la gente; por ejemplo, esos se están peleando, ¿serán marido y mujer?, en fin. Hay que ser muy detallista…».
De modo que, la observación es la herramienta mediante la cual logra comprender el comportamiento externo de las personas, deducir los motivos de sus actitudes, suponer lo que están platicando o lo que harán, inventando así todo el relato.
Desde luego, su condición de trabajadora social, le dio la oportunidad y la excusa para conocer personas y ambientes que no se habría figurado jamás. Experiencia que nutre su obra, dándole un rasgo de credibilidad; pero se insiste, se trata de ficciones, no de retratos de la realidad.
Mas se trata de un producto, su finalidad es tener éxito en los mercados. Así que tanto la telenovela como su creadora atienden a lo que exige el productor, el público, o un presidente. Al respecto, en la misma entrevista Garrido afirmó:
«… Veíamos al público tan interesado en la historia que decíamos para qué quemar un argumento en 45 capítulos. Hay que hacerlo más lento… … Después, cuando quisieron que fueran más largas las telenovelas, tuvimos que incluir historias secundarias; que estuvieran relacionadas con la historia central, pero estaban alrededor de la central; de esa manera se le daba al argumento más tiempo, y pasamos a 160 o 180 capítulos…»
Añadió:
«… Nos pedía Emilio Azcárraga que escribiéramos en una telenovela que tuviera un contenido social, porque el Consejo Nacional de Población, quería ver cómo hacerle llegar a la gente que no tuvieran tantos hijos. Había unas novelas de Sabido, que eran muy didácticas, pero la gente no las acepta mucho, ni lo didáctico. Escribimos “Mañana será otro día”, con Ernesto Alonso, y esa novela trata de un médico y como convence a la gente de que tengan un control de los hijos. Con esa novela ganamos Fernanda Villeli y yo el Premio de Las Américas, nos llevaron a Washington. De toda América estuvieron presentes… Fue muy bonito para nosotras ganar un premio con una telenovela, que la gente aceptó muy bien, que parecía una cosa común y corriente; pero que llevaba implícito un mensaje que el gobierno quería dar y lo pudimos hacer…»
Esta flexibilidad de Marissa Garrido y de los productores para exponer crónicas secundarias, alargar o acortar la trama, modificar el argumento y justificar la ausencia de personajes, se debe a que la telenovela debe presentar productos atractivos o necesarios.
Su naturaleza no es la de enseñar ni de dejar una moraleja, como ocurre con algún tipo de literatura; sino que busca únicamente satisfacer las necesidades de su auditorio o del gobierno Esto ultimo demuestra la importancia que llegaron a tener las telenovelas de Marissa Garrido, dramaturga, actriz y trabajadora social.
Esta escritora de más de 40 telenovelas, algunas escritas en italiano o en portugués, también se refiere a la importancia de los actores y sus personajes:
«… en “Barata de Primavera”, yo tenía una villana, y Valentin Pimstein llamó a Verónica Castro, que no la querían en televisa porque se había ido a filmar a Italia y la tenían castigada. Le dije, mira Valentín, esta muchacha muy bonita y las bonitas quieren hacerla de malas, porque quieren que el público las quiera. —No, no, Tú escúchala. Lo leyó tan bonito, mira, era una villana cínica, divertida, al grado de que se estaba llevando la novela y me ordenaron matarla y fue un drama porque Verónica no tenía lo que tiene ahora, tenía a Manuel chico, a su hermana enferma. Le dije que yo renuncio de plano. Ella me dijo: No Marissa, ni modo. Con el tiempo ella me llevo a Italia a escribir una novela. Se llamó a “Qué vello es vivir! Estuvimos en Italia las dos. Ella hablaba perfectamente el italiano. Allá se hizo la novela. Era una actriz muy buena, una persona linda, humana y buena, que tú la ves en pantalla dinámica y alegre, y en lo personal es una muchacha un poco triste, no puede ser tan feliz. Le hice una muerte preciosa, en donde confesó que había sido mala porque la vida no sé qué. Quedó muy bien. De ahí viene mi amistad con ella. “Los Encadenados” que hicieron Zurita y Christian Bach, son personajes fuertes y dinámicos, me encantan, muy bonitos …. »
Esto significa que, como autora, al modo de quien escribe drama, guarda o deja un espacio para que el actor desarrolle el personaje. Truco propio del escritor de teatro que sabe que el actor aportará de su propio bagaje: ese “algo” que terminará por dar vida al personaje, ya que en este medio el espectador no lee un “libro”, sino que percibe mayormente a través de lo visual y del sonido.
Después de este acercamiento a la telenovela a través de la mirada y palabras de Marissa Garrido, fundadora de la “Sociedad General de Escritores de México” (SOGEM) y del “Círculo de Lectura Marissa Garrido” procedemos a proponer la penitencia, hasta pronto a la mujer que creía que la telenovela era un medio para escapar de las cosas tremendas.
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