El desfile de los disfraces

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Desgastados e incluso muy “quemados” así son los personajes que se alistan para llegar a las urnas el próximo 6 de junio.

En Puebla, los partidos políticos libran guerras internas donde van de lo ridículo a lo burdo, lanzando a personajes chaqueteros que se han vestido de todos colores y sabores. Y cómo no hacerlo frente a la ausencia de perfiles que ofrezcan una oferta electoral realista y ajustada a los nuevos tiempos que hoy enfrentamos.

En Morena mantienen su cena de negros donde el golpeteo debajo de la mesa está en su máxima intensidad.

De poco han servido las mediciones por encargo, la compra de columnas, entrevistas, la publicidad en redes sociales y hasta los inútiles asesores que no han logrado levantar al delfín del Gobernador Gabriel Biestro, quién en su imaginario individual, se repite que es el puntero y que va al alza.

Y es que pensemos en un simple ejercicio. Si invitamos a Biestro a pararse ahí, en la Fuente de San Miguel, en el corazón del zócalo y le preguntamos a cualquier ciudadano común y silvestre, si lo conoce o puede decir su nombre, la respuesta es obvia. En Puebla no lo conocen.

Muy a su pesar seguirá siendo sólo un avecindado, no un poblano.

Y qué decir de los destapes caricaturescos como el de Alejandro Armenta o El Chelis. El primero con su sello de priista disfrazado de neo-izquierdista que articula shows y escándalos para terminar negociando lo que sea bueno o lo que agarre.

Del Chelis sólo decir que entra como animador de la picaresca política poniéndose una camiseta más, de todas las que ha usado para transitar y negociar en el ámbito político.

Pero Morena va más allá y atenta contra la inteligencia de los poblanos al sugerirnos que la capital se quede en manos de una pésima Presidenta como Claudia Rivera.

Y es que al más puro estilo de las huestes del pasado morenovallista, la alcaldesa alista una reelección que se antoja no sólo ridícula, sino más bien, desfachatada.

Pero no piensa llegar sola, quiere acarrear a su séquito de funcionarios y regidores aplaudidores para buscar afianzar posiciones y lograr “fuero” porque sabe que la corrupción en su administración, es un tema que pende de un hilo.

Al igual que Biestro, imaginemos a René Sánchez Galindo, a Leobardo Rodríguez, a regidores como Iván Camacho o Roberto Esponda ponerlos en pasarela en el zócalo y dudo que alguno sea reconocido por su nombre y cargo por los ciudadanos.

 Y como si todo lo anterior no nos bastara, también nos piensan endosar a fuereños como Yahir Vázquez cuyo único mérito es ser amigo del Gobernador, lo que ha bastado para que ahora con la mano en la cintura lo quieran convertir en flamante candidato a una diputación.

Pero en el PAN andan por las mismas.

Entre la obsesión de Genoveva Huerta por descarrilar a su propio partido y las guerras fratricidas de los que fueron y hoy son nada, impulsan la candidatura del mejor amigo de Peña Nieto.

Resulta francamente bizarro pensar en que Pepe Chedraui abandere una oposición en Puebla. Y es que al empresario difícilmente se le puede dejar de asociar con su gran amigo Enrique o con el ex gobernador Moreno Valle.

En este desfile de disfraces, Puebla se alista para tener un proceso electoral intermedio donde lo que menos tendremos serán candidatos y sí muchas caricaturas.

 

@rubysoriano

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