La importancia del lenguaje incluyente
AgenciasI La importancia del lenguaje incluyente

La importancia del lenguaje incluyente

La Real Academia Española, determina la lingüística de nuestra lengua, por lo tanto, regula su uso y estandarización de reglas así como la adaptación de la misma de acuerdo a las necesidades de los hablantes.

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Debido al uso cotidiano de las redes sociales por la mayoría, y en especial por la generación llamada "millennials", se puede observar que, para incluir a todas las personas, sin importar su condición, afinidad, género o preferencia sexual, se escribe con un @ (arroba), una "x" o bien una "e"; es decir, se puede leer en algunas publicaciones expresiones o enunciados como: “se les convoca a todos”, “necesitamos ser escuchadas”, “tod@s sumamos”.

Estos ejemplos son algunos de aquellos utilizados sobre todo por la comunidad LGBT, con la intención de no ser excluidos en ningún tema.

Sin embargo, esto ha creado tal crítica, polémica y debate que las opiniones se han dividido, hasta ser ofensivas y llamarlos ridículos, iletrados o ignorantes.

La Real Academia Española, determina la lingüística de nuestra lengua, por lo tanto, regula su uso y estandarización de reglas así como la adaptación de la misma de acuerdo a las necesidades de los hablantes. De manera contundente, ha rechazado el lenguaje incluyente ejemplificado con el uso de "x", "e" o "@".

Sin embargo, erróneamente, eso no es lenguaje incluyente.

El lenguaje incluyente nació como respuesta a la necesidad de reducir la brecha de desigualdad entre hombre y mujeres.

Si bien es cierto, el idioma no tiene un origen o propósito machista o andocentrista, si su uso y la manera de reproducirlo.

El idioma español se basa en el masculino genérico que enmarca ambos sexos; sin embargo, también propicia una ambigüedad y una falta de claridad para ciertos temas, que puede continuar con la desigualdad, pero también con la poca definición en los roles o actividades que pueden hacer tanto hombres como mujeres, y que ambos son capaces de realizar.

Si leemos o escuchamos “los obreros se irán a huelga”, nuestro cerebro está predeterminado a imaginar solo a un grupo de hombres, cuando la realidad es que en las fábricas y maquilas hay mujeres que realizan esa función.

Es así, que el propósito real del lenguaje incluyente no es distorsionar, ni hacer mal uso de la lengua. Por el contrario, uno de sus principales objetivos es desaparecer la invisibilización de la importancia de la mujer en la historia.

Así mismo, evita la exclusión de géneros dando la importancia a ambos. Si las cosas fueran contrarias, tal vez se podría entender el porque de su uso.

Si alguna vez leyéramos "atletas hicieron un buen papel", solo pensaríamos que fueron mujeres las que participaron, cuando es muy común que en cualquier competencia deportiva, asistan hombre y mujeres.

Su uso es más fácil de lo que se cree, y hay diversas variantes como:

El uso de ambos géneros en los sustantivos: niños y niñas, usuarias y usuarios; el uso de artículos: el, la, los, las (las y los usuarios, las y los niños); con el uso de sustantivos genéricos o colectivos (ciudadanía, niñez, clase política, electorado).

Y, ¿Por qué usar realmente el lenguaje incluyente si se entiende lo que leemos o decimos?

Cómo bien lo citó Steiner, "lo que no se nombra, no existe"; es decir, sino damos la importancia que merecemos el rol y desempeño de la mujer en la sociedad, en cualquier ámbito que sea, y por lo tanto, no la mencionamos en el uso cotidiano y común de nuestra lengua, el avance feminista y de los logros obtenidos hasta ahora, serán en vano, ya que seguiremos fomentando la idea de que esté mundo fue construido y hecho solo por hombres si continuamos con ese lenguaje androcentrista, que las decisiones solo lo toman ellos, y que la mujer no puede o no sabe decidir.

El debate aún continua, y las creencias tal vez permanezcan arraigadas, pero todo evoluciona, todo cambia, al igual que las percepciones y el lenguaje.

El lenguaje es la visión y como concebimos al mundo y sin un lenguaje incluyente, el mundo continuará con la visión patriarcal y andocentrista dejando a un lado la participación activa de la mujer en la sociedad.




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