Ni es para tanto

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“Ni es para tanto; pinches viejas; se hacen las santurronas y bien que les gusta; hay es una broma, nada les parece; si no les gusta, que se vistan decentes; ellas tienen la culpa, para que toman, no las obligamos”.

Éstas y otras expresiones son hechas de manera diaria por los machos, aquellos hombres que creen tener la razón en todo, sintiéndose superiores y minimizando el problema social que nos aqueja: el feminicidio y la violencia de género.

En el año 2020, en el estado de Puebla se cometieron 203 feminicidios, lo que representó un 21% más que al año 2019. Desafortunadamente los feminicidios no van a disminuir mientras los machos sigan expresándose así, ya que demuestra la percepción y su modo de sentir. Es tan fácil expresarse así, aunque sea de juego, pero es el reflejo de nuestra cultura y nuestra sociedad,

Cuando una mujer, se exacerba o se pone de mal humor, el hombre le sugiere al otro, dale una calentadita para que sepa quién manda, o dale un “estate quieto”, el hombre es el que debe mandar en la casa.

Y así nos la llevamos, entre imponerse como el hombre que es, utilizar expresiones que demeriten a la mujer o hacerse los graciosos como los youtubers actuales.

Recientemente, una influencer y artista de nombre Nath Campos, relata que sufrió de abuso sexual, por parte del youtuber Rix cuando ella se encontraba alcoholizada.

La anterior semana, los diferentes medios y redes acapararon la atención de este caso por los diferentes enfrentamientos entre los dos; así como las diversas opiniones a favor y en contra de ella o de Rix.

Sin embargo, este hecho demostró el comportamiento inapropiado y machista que han tenido otros influencers y youtubers; no solo en defensa de Rix, sino argumentando que ella tiene la culpa por haber bebido de más.

Evidentemente, tanto hombre como mujeres somos responsables de nuestro comportamiento y de la manera o cantidad de alcohol ingerida, pero nada justifica que las personas se aprovechen de dicho estado de ebriedad para abusar sexualmente.

Otro hecho que sale a la luz, es lo mal que estamos como sociedad.

Una denuncia tardía y en redes, y no en una instancia de justicia, tal y como se debe proceder.

Una burla constante ante un hecho lamentable.

La opinión de aquellos machos que expresan que a todas nos gusta, que no nos hagamos las mensas.

La opinión de unas personas que se dicen ser influencers y que realizan cualquier tipo de acto o acción estúpida para obtener seguidores, justificándose que lo hace para entretener al público.

Pero, ¿qué ejemplo o enseñanza puedan transmitir a sus miles de seguidores, en particular a adolescentes que no han terminado de madurar y de discernir entre las buenas o malas acciones?

Abundan ejemplos de estos influencers que demeritan y descalifican a la mujer.

Un “Luisito Comunica” dando a entender que las mujeres damos “las nalgas” con tantito alcohol.

Un “JuanPa Zurita”, que en un lugar público, haciéndose el chistosito, se acercó demasiado a una mujer para supuestamente morderle las nalgas.

Otros youtubers mostrando como tienen relaciones sexuales para ganar más seguidores y tener más ganancias económicas.

Y de ahí surge la pregunta, si al existir otras personas que educan, enseñan a través de cosas positivas y comparten en redes sus enseñanzas y motivaciones a ser mejores personas, ¿por qué tienen más impacto estos personajes que no aportan nada a la sociedad? ¿El “trabajo” o actividad como youtuber es más importante, su opinión o acción tiene más peso que un maestro o maestra o una persona de la tercera edad?

Efectivamente, cuando no estoy de acuerdo con algo, no lo veo o lo evito, y podré o no estar de acuerdo con la opinión de otros; sin embargo, como maestra y como mujer preocupada y ocupada por aportar lo mejor de mí para la sociedad, me preocupa que la niñez y las y los adolescentes se estén formando con estos ejemplos que no dejan nada bueno, porque son ejemplos de machismo, de hombre violentos, de hombres que no respetan a la persona y que inculcan que la burla, que el alcohol, que la diversión y los actos tontos y estúpidos no son tan malos como parecen y que se pueden hacer por diversión sin pensar en las consecuencias ni en el sentir de los demás.

Y así nos la llevamos, jugando al machito, jugando a hacerse el gracioso y fomentando la violencia, de cualquier tipo, como parte de la cotidianidad, ¡Total, ni es para tanto!

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