Horizontes

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Tere MORA GUILLÉN


Febrero 15, 2021

México ocupa el primer lugar en obesidad, en drogadicción y alcoholismo, tristemente destacamos en otros niveles malignos como son la falta de ética, cultura, pobreza, analfabetismo, hambruna, etcétera. O sea estamos en el país de las maravillas.

Y ni qué decir de la situación que enfrentamos en la pandemia por Covid-19, los mexicanos la hemos llevado con contradicciones de las autoridades federales, el confinamiento ya no da para más, la gente debe salir a ganarse la vida, el rezago educativo es inmenso, y ni hablar de la crisis económica.

Ante la imposibilidad de atención presencial durante la pandemia de Covid-19, las consultas para temas de salud mental se movieron del diván al teléfono, las videollamadas y las redes sociales. El ingreso gradual a "la nueva normalidad" aumenta el riesgo de padecer ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático por miedo al coronavirus.

Cierto es que una crisis epidemiológica como la del Covid-19, incrementa el riesgo de desarrollar problemas de salud mental. En México como en muchos países, las medidas de prevención redujeron el contacto físico al mínimo, y limitaron la movilidad en espacios públicos.

Además las medidas de aislamiento separaron a muchas gentes de sus seres queridos. Los efectos de la situación de emergencia se hicieron evidentes durante el confinamiento y, muy probablemente, desatarán una nueva oleada de malestar en la llamada "nueva normalidad".

Mundial de la Salud considera que 450 millones de personas que, sufren algún trastorno mental como depresión o ansiedad, hasta otros más agresivos como trastorno afectivo bipolar, psicosis como la ezquisofrenia, y también discapacidades intelectuales y trastornos del desarrollo.

Así el panorama en este México nuestro, que luego de la vacunación irá poco a poco sanando heridas. Aunque se ve difícil dejar de destacar en los primeros lugares de todo lo malo, para el carácter bullanguero y festivo de los mexicanos, muchos piensan que para qué cuidarse y usar el cubreboca, si de cualquier forma de algo habremos de morir, y al cabo mundo ahí te quedas, y la vida no vale nada; así en éste nuestro país de las maravillas...

 

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