La educación de los jóvenes universitarios en tiempos de la pandemia de COVID-19
A partir del cambio en las condiciones de los cursos en las instituciones de educación superior a partir de marzo del 2020 a la fecha...
*Por: Mtra. Thelma Eloisa López Villa A partir del cambio en las condiciones de los cursos en las
instituciones de educación superior a partir de marzo del 2020 a la fecha, por
la contingencia ocasionada por la pandemia de COVID-19, ha sido un reto para
todos los actores del proceso educativo, la adaptación a la modalidad educativa
a distancia, que sustituyó de manera inesperada el sistema tradicional
presencial. Durante este cambio abrupto del sistema presencial a la
virtualidad, que nos tomó por sorpresa a todos y que se dio prácticamente de la
noche a la mañana y donde los docentes de la mayoría de las instituciones de
educación superior tuvimos como única opción, para poder lograr la continuidad
académica y no interrumpir la formación universitaria de nuestros estudiantes,
ha traído diversas situaciones, empezaré con los problemas y dificultades. El
primero fue la gran brecha digital que se ha exacerbado durante la pandemia de
Covid-19, ya que las condiciones socioeconómicas de algunos estudiantes, les ha
dificultado el acceso a dispositivos digitales adecuados para la educación a
distancia, así como el problema de conectividad a internet, ya que muchos han
tenido que regresar a sus lugares de origen, donde es limitada, nula o de mala
calidad la cobertura y conexión a internet. Algunos estudiantes foráneos, no
pudieron regresar a sus lugares de origen, con sus familias, con tal de tener
asegurado, el acceso de conexión a internet, viviendo de manera solitaria las
situaciones de cambios e incertidumbre que trajo la pandemia, así como el
afrontamiento de todos los gastos, al no tener ya a sus compañeros con quienes
regularmente los compartían. Otro de los problemas que los jóvenes enfrentaron
durante la modalidad del aprendizaje a distancia, fue la necesidad de adquirir
o mejorar sus dispositivos digitales, ya que ha sido la única manera de lograr
la continuidad académica, algunos estudiantes y sus familias, pudieron
solventar estos gastos, pero algunos otros, no les fue posible, tuvieron que
acudir a los negocios de internet para conectarse y poder tomar sus clases a
distancia. Por otra parte considero que algunos estudiantes, a
pesar de estas condiciones adversas, han continuado con sus proyectos de
formación académica y con su educación de manera favorable, ya que
la educación ésta integra diferentes dimensiones y potencialidades del ser
humano ya que como afirmó Platón: la educación es un proceso de transformación
interior que va orientado al conocimiento de sí mismo, donde la enseñanza está
dirigida al desarrollo de potencialidades en el ser humano y no solo la
formación académica, disciplinar que es un aspectos importante en la
educación superior, pero no es el único. Esta situación de cambios, les ha permitido crecer en otros
ámbitos, como trabajar internamente, en su entorno cercano que es su familia,
ya que muchos de ellos han tenido que regresar a vivir y convivir con su
familias a su lugares de origen, donde se han reencontrado, valorado y
disfrutado más; algunos han logrado trabajar y darse tiempo para estudiar; han
desarrollado algún negocio propio; han logrado un consenso en la organización
de los recursos disponibles en casa, que les permita trabajar y estudiar
a distancia todos los integrantes de la familia; a tener más consciencia de su
salud física, mental y de sus emociones, a tomar acciones de autocuidado;
a ser más empáticos; a valorar el presente y a la vida, a tener más conciencia
de sus fortalezas y debilidades, a reorientar sus metas, a perderle miedo al
cambio, a ser más abiertos más compasivos con ellos mismos, a relajarse
ante las circunstancias adversas. Por lo que este período de confinamiento por pandemia, donde
se han dado diversos cambios en las formas de interacciones social y
educativas, para los diferentes actores del proceso educativo, hemos tenido que
adaptarnos a estas nuevas circunstancias, teniendo que buscar, desarrollar y
usar herramientas y recursos institucionales, profesionales y personales, que
han estado a alcance de las diferentes circunstancias que cada, para poder
continuar con el proceso educativo y con la vida misma. Ante estas reflexiones
y aportaciones mencionadas, como docente universitaria, he sido testigo de los
grandes cambios y retos que ha traído la pandemia de COVID-19 a la educación,
muchos negativos, pero también nos ha permitido reflexionar sobre replantear el
sentido de la educación universitaria, entre ellas el dar un mayor énfasis a
las capacidades, habilidades y al desarrollo integral de nuestros estudiantes.
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